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Los astrónomos han desarrollado una forma de detectar el fondo ultravioleta (UV) del Universo, lo que podría ayudar a explicar por qué hay tan pocas galaxias pequeñas en el cosmos. La radiación UV es invisible, pero aparece como luz roja visible cuando interactúa con el gas.

Un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Durham, en Reino Unido, ha encontrado ahora una manera de medirlo utilizando instrumentos en la Tierra. Los autores dicen que su método puede usarse para medir la evolución del fondo UV a través del tiempo cósmico, trazando cómo y cuándo suprime la formación de pequeñas galaxias.

El estudio -cuyos resultados se detallan este miércoles en un artículo publicado en la revista 'Monthly Notices de la Royal Astronomical Society', también podría ayudar a producir simulaciones por ordenador más precisas sobre la evolución del Universo. La radiación UV --un tipo de radiación también emitida por nuestro Sol-- se encuentra a lo largo del Universo y desmantela a las galaxias más pequeñas del gas formador de estrellas, lo que ralentiza su crecimiento.

Se cree que es la razón por la cual algunas galaxias más grandes como nuestra Vía Láctea no tienen muchas galaxias compañeras más pequeñas. Las simulaciones muestran que debería haber más galaxias pequeñas en el Universo, pero la radiación UV esencialmente les impidió desarrollarse privándoles del gas que necesitan para formar estrellas, mientras galaxias más grandes como la Vía Láctea fueron capaces de soportar esta explosión cósmica debido a las gruesas nubes de gas que las rodean.

El doctor Michele Fumagalli, del Instituto de Cosmología Computacional y Centro de Astronomía Extragaláctica de la Universidad de Durham, explica: "Las estrellas masivas y los agujeros negros supermasivos producen enormes cantidades de radiación ultravioleta y su radiación combinada acumula este fondo ultravioleta".

"Esta radiación UV excita el gas en el Universo, provocando que emita luz roja de una manera similar en la que el gas dentro de una bombilla fluorescente se excita para producir luz visible. Nuestra investigación significa que ahora tenemos la capacidad de medir y mapear esta radiación UV que nos ayudará a refinar aún más los modelos de formación de galaxias", agrega.

Por su parte, el profesor Simon Morris, del Centro de Astronomía Extragaláctica de la Universidad de Durham, subraya: "En última instancia, esto podría ayudarnos a aprender más sobre la evolución del Universo y por qué hay tan pocas galaxias pequeñas".

En la galaxia UGC 7321, que se encuentra a una distancia de 30 millones de años luz de la Tierra, los investigadores apuntaron con el Explorador Espectrópico de Unidades Múltiples (MUSE, por sus siglas en inglés), un instrumento del 'Very Large Telescope' del Observatorio Europeo Austral, ubicado en Chile.

MUSE proporciona un espectro, o banda de colores, para cada píxel de la imagen permitiendo a los investigadores mapear la luz roja producida por la radiación UV que ilumina el gas en esa galaxia. La investigación, financiada en Reino Unido por el 'Science and Technology Facilities Council', también podría ayudar a los científicos a predecir la temperatura del gas cósmico con mayor precisión.

El autor Tom Theuns, profesor del Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham, concluye: "La radiación ultravioleta calienta el gas cósmico a temperaturas superiores a la de la superficie del Sol. Tal gas caliente no se enfría para hacer estrellas en pequeñas galaxias, lo que explica por qué hay tan pocas galaxias pequeñas en el Universo, y también por qué nuestra Vía Láctea tiene tan pocas galaxias satelitales pequeñas".