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Los vecinos del barrio de Timanfaya de Alcorcón (Madrid) han vitoreado hoy a la lotera Beatriz Rubia, que ha repartido 40 millones de euros del primer premio del Niño que se suman a otros premios importantes que ha vendido en los últimos dos años, "salvando" a varias familias con miembros en el paro.

Beatriz Rubia regenta la administración número 18 de Alcorcón, llamada Valderas, en la que se han vendido veinte billetes -doscientos décimos- del primer premio del Niño.

Esta oficina vendió el pasado 22 de diciembre diez series de un quinto premio de la Lotería de Navidad, repartiendo 600.000 euros; en agosto selló otros 116.110 euros en la Primitiva y en 2011 repartió un millón de euros entre el segundo premio de Navidad y el sorteo del Niño.

Por eso en los últimos días los vecinos hacían cola para comprar sus décimos a Beatriz y hoy, al constatar su buena suerte, le han cantado: "Esa lotera cómo mola, se merece una ola" y le han hecho saludar, saltar y brindar en la puerta de la administración.

La sidra ha corrido por la calle Ministro Fernández Ordóñez, donde decenas de premiados con sus familiares se han concentrado para celebrar su buena suerte.

"El número se ha vendido en ventanilla y también a una peluquería cercana, y todos están muy contentos, como yo", ha dicho la lotera, que ha reconocido que en el último año ha repartido "un chorro de pasta" entre los vecinos del barrio.

Una de sus clientas habituales, Lupe, lleva un décimo del primer premio, que invertirá en pagar la hipoteca y en ayudar a sus tres hijas, una de las cuales supo ayer que no le renovarán el contrato y se quedará en el paro.

Lupe es funcionaria, de manera que no ha cobrado la paga extra de diciembre, y está viuda desde hace tres años, por lo que los 200.000 euros de premio le han "llovido del cielo".

"Esto es genial, no me lo puedo creer, es la primera vez en la vida que me toca. Mejor que esto, nada", ha manifestado tras abrazarse a la lotera.

De manera parecida expresaba su alegría Antonio, otro de los agraciados, tras haber confirmado que también tiene un décimo premiado, acompañado por su mujer y su hija, ambas en paro.

Antonio estaba en un bar viendo el sorteo cuando ha sospechado que le podía haber tocado, ha ido corriendo a casa y al ver que era así se ha puesto a llorar, muy nervioso.

Las lágrimas se han transformado en risas cuando ha ido a la administración y ha brindado con su mujer y una de sus tres hijas, a las que ha prometido un viaje en familia.

María, la hija de Antonio, se ha alegrado de que a su padre le haya tocado después de llevar "muchísimo tiempo" jugando a la lotería en Navidad, mientras Soledad, su mujer, estaba tan nerviosa que no sabía a qué destinará el dinero, aunque tiene claro que ayudará a sus niñas.

Otra clienta habitual de la administración 18 de Alcorcón es Elsa, a la que tampoco le había tocado "nunca nada", y que ha dicho que destinará lo ganado "a tapar deudas, porque últimamente, por desgracia, hay muchas". EFE