Cinco lugares para visitar en Madrid aprovechando el 'fresco' en septiembre
- Con la tregua de calor te proponemos acercarte a varios lugares de la región que no suelen ser atractivos cuando el sol aprieta
El inicio de septiembre parece venir con temperaturas más suaves e incluso con el pronóstico de algunas lluvias. Todo un contraste con las cuatro olas de calor vividas durante este verano...y con permiso del próximo 'veranillo' de San Miguel.
Aprovechando esta bonanza en lo meteorológico os proponemos visitar parajes o realizar actividades que uno no se plantearía en plena canícula.
DE SAFARI POR MADRID
Empezamos en Aldea del Fresno. Un trozo de la sabana africana y de la Naturaleza de otras regiones del mundo se concentra en el Safari Madrid. Una enorme finca con animales en semilibertad que se recorre desde el vehículo particular.
Con el calor los animales han estado menos activos, pero ahora se dejan ver más. Tigres, osos, leones, jirafas, muflones, hipopótamos, antílopes, cebras, rinocerontes...
El Safari Madrid, además, ofrece exhibiciones y otras actividades. Todas de carácter familiar. Abre todos los días del año y las entradas cuestan 21 euros (adultos) y 17 euros (niños). Existen descuentos especiales.
Se encuentra en el kilómetro 22 de la carretera de Navalcarnero a Cadalso de los Vidrios, en el término de Aldea de los Fresnos.
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LA DEHESA DE MONCALVILLO
Es uno de los mejores montes adehesados de Madrid y se encuentra en Agustín del Guadalix. Un paisaje de encinas, enebros o quejigos modelado por el ancestral uso ganadero.
Son cerca de 1.400 hectáreas de extensión que se pueden recorrer, en parte, cómodamente por las pistas y caminos que existen, algunos de ellos para el servicio del Canal de Isabel II.
No en vano, destaca el impresionante Acueducto de la Retuerta, que sorprende al surgir en una pequeña garganta, rodeado de vegetación.
En un buen momento para, sin madrugar, caminar por este enclave en el que la tranquilidad sólo es rota por algún grupo de ciclistas o un ladrido lejano.
Sobre nosotros, serán habituales las rapaces típicas del entorno como milanos reales y negros, algún busardo ratonero e incluso buitres ganado altura. A lo mejor se nos cruza un zorro en el paseo...
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Para llegar a la Dehesa de Moncalvillo nos dirigimos a San Agustín del Guadalix, seguimos la calle Camino del Guadalix hasta el final y allí podemos dejar el coche si hemos acudido en transporte privado.
Es importante no meterse por los caminos con el coche. Son en su mayoría vías pecuarias en las que está prohibida la circulación motorizada a no ser que se esté autorizado por las actividades ganaderas de la zona.
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LOS CANTILES DEL PIUL
¿Acantilados en Madrid?. Claro. No tenemos costa pero si unos cortados que se asemejan a los de los litorales. En Rivas-Vaciamadrid los Cantiles del Piul son, desde lo alto, un mirador excepcional.
Desde abajo, estos muros de arenisca impresionan y sirven de marco para otros espacios que merecen la pena conocer, como la Laguna del Campillo o la del Picón de los Conejos.
Los cantiles corren en paralelo al Río Jarama. Son un mirador, por un lado, de su vega y, por el otro, permiten contemplar la capital, la Sierra de Guadarrama y muchas de las poblaciones del eje de la A-3.
Es un recorrido sin complicaciones, para hacerlo ahora que el sol no pica tanto. La única precaución es no aproximarse a los bordes y tomarse un buen rato para contemplar las vistas. Sin prisas.
El paseo se puede iniciar en diferentes puntos de Rivas Vaciamadrid. Desde el recinto ferial, el Cerro del Telégrafo o incluso acometiendo una subida desde la Laguna de El Campillo.
Se puede completar la jornada con la visita al yacimiento de Miralrío o incluso viajar en un tren de época, el Tren de Arganda, que parte desde la cercana estación de La Poveda en distintas épocas del año y recorre este paraje.
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EL MAR DE ONTÍGOLA
Puede que lo de mar le quede un poco grande a este embalsamiento de agua próximo a Aranjuez. Pero para aquellos ribereños de los tiempos de Felipe II que vieron como los nobles navegaban en él y realizaban fiestas, aquello era lo más parecido a un mar.
Y eso que el Tajo a su paso por Aranjuez es ya un río imponente que también era y es navegable en algunas partes.
El Mar de Ontígola es hoy en día una reserva natural (Reserva el Regajal-Mar de Ontígola) protegida por la Comunidad de Madrid. Naturalistas de diversas partes del mundo acuden aquí buscando mariposas que han hecho de esta parte del sur de la región su hábitat favorito.
Quitando algunos observatorios para aves el paseo no tiene muchas sombras. Así que de nuevo el arranque de septiembre puede ser una buena ocasión para conocer este 'océano madrileño'.
Una vegetación de carrizales, atochares y artemisas, entre otras especies, acompañarán nuestro paseo. Y en este tramo del verano igual podemos contemplar algunas de las maravillosas mariposas, únicas en el mundo, que revolotean por Ontígola-El Regajal.
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POR EL FERROCARRIL ABANDONADO DE BURGOS
El Directo de Madrid a Burgos. Así se llamaba el tren que unía la capital con la ciudad castellana y llegaba hasta la frontera francesa. Y lo hacía acortando casi 100 kilómetros el recorrido al atravesar la Sierra Norte de Madrid.
Un derrumbe en el túnel de Somosierra y la pérdida de viajeros dieron al traste con este camino de hierro en la vertiente madrileña. En la burgalesa se mantiene.
Pero el camino de hierro, hoy sin servicio, se convierte en camino sobre los balastos o sobre la plataforma que no se llegó a usar y que corre en paralelo.
Vías, estaciones, túneles, viaductos, señalizaciones siguen ahí a merced de la intemperie, los ladrones y los vándalos.
Tiene un doble interés recorrer esta vía en desuso. El primero, el atractivo que supone para muchos acercarse a lugares abandonados y con una buena historia detrás.
El segundo, recorrer sin esfuerzo, por etapas y con accesos muy cercanos buena parte de los pueblos de la Sierra Norte.
La ventaja de esta propuesta es que si el sol calienta más de lo esperado los túneles proporcionan un rato de sombra. Y si llueve un poco, los túneles son también refugio hasta que pase el chaparrón.
Se puede empezar y acabar donde se quiera a lo largo de la línea. Os recomendamos, por ejemplo, llegar hasta Bustarviejo. Allí está la estación que daba servicio a esta localidad y a la de Valdemanco.
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Ya sobre el andén, mirando hacia las vías, si las seguimos a mano derecha encontramos en apenas dos kilómetros de paseo un vertiginoso viaducto, dos túneles y un paisaje de roquedos y árboles.
Si seguimos caminando hacia el sur llegaríamos a Miraflores de la Sierra. Si marchamos al norte acabaremos encontrando un apeadero en Valdemanco y más allá otro de los túneles de la línea.
Este túnel es un atractivo para los más andarines y aventureros ya que es de los más largos. A su salida, en apenas kilómetro y medio, se llega a la estación arruinada de Lozoyuela.
