Fue un empresario catalán, José Casadesús, el que a mediados del siglo XIX propuso al Ayuntamiento de Madrid crear unos estupendos jardines de recreo en la Calle de Alcalá.
Ocuparon unos 130.000 metros cuadrados delimitados por la mencionada Alcalá y las calles de Castelló, Velázquez y Goya.
Fue el primer parque de atracciones de la capital. Había espacio para bailes, conciertos, una montaña rusa y hasta una pequeña plaza de toros.
Incluso existía una ría navegable y un cosmorama, algo asimilable a lo que hoy llamaríamos realidad virtual inmersiva.
Los Campos Elíseos de Madrid no duraron mucho. En cuanto se abrieron a la ciudadanía los jardines de El Retiro estos empezaron a recibir más visitas.
Además, los planes urbanísticos para crear el Barrio de Salamanca acabaron por dar la puntilla al proyecto de Casadesús.