¿Qué hacen unas columnas griegas junto al Manzanares?
Una pista, tienen menos de 100 años. Y cerca está el puente más largo del mundo fabricado con fibra de carbono. Y algunas curiosidades más en este paseo aguas arriba
REDACCIÓN
Hay una parte de Madrid Río menos concurrida, aguas arriba desde el Puente del Rey, y por ello tal vez menos conocida. Con menos afluencia de paseantes, ciclistas, patinadores, corredores y mascotas, la fauna parece más cercana.
Pero además de las garzas reales, las garcetas blancas, los ánades del Nilo y otras aves, en ambas orillas del Manzanares surgen elementos que parecen sacados de un templo griego o que recuerdan que la marca 'Made in Madrid' es una realidad bien visible.
Lo que quizá llame más la atención son las enormes columnas clásicas que se sitúan a lo largo de la Calle de la Ribera del Manzanares y la Calle Aniceto Marinas. Parecen sacadas de un templo griego, pero en realidad tienen poco menos de 100 años.
NI GRIEGAS, NI ROMANAS
Son en realidad respiraderos de los colectores que se construyeron a principios del siglo pasado a ambos lados del río, para intentar que el Manzanares dejara de ser la cloaca de Madrid. Algo que no se consiguió hasta los años 80.
Para que no parecieran tubos feos sobre la acera se decidió decorarlos como columnas jónicas. Se colocaron cada 300 metros y aún se conservan algunas que, si nos fijamos, tienen impactos de balas y metralla de la Guerra Civil. Algunas están en mejor estado que otras pero, en general, muy deterioradas.
UNA FUENTE EN LUGAR DE DOS
Las fuentes de Madrid fueron la manera de abastecerse de agua durante siglos. Las de la Teja y del Sopapo eran dos de estos caños que suministraban agua a la barriada en el tramo que hoy discurre por la Calle de la Ribera del Manzanares.
Con la llegada de los planes de vivienda para funcionarios en los años 20 del siglo pasado las fuentes desaparecieron. Y no fue hasta 1984 cuando se decidió recuperar una fuente en la zona, aproximadamente a mitad de camino de las que ocupaban las originales.
Una placa recuerda a los surtidores de la Teja y el Sopapo en la fuente actual, aunque ahora mismo no brota el agua y el escudo que corona el monumento presente un fuerte deterioro.
UN PUENTE ÚNICO 'MADE IN MADRID'
No es de los puentes más llamativos sobre el Manzanares. De hecho es una pasarela peatonal y ciclista, pero en ella se reúne lo mejor de la ingeniería española del siglo XXI y la tradición ceramista de la capital.
La Pasarela de Almuñecar conecta las dos orillas del Manzanares. Es una enorme viga continua de 43 metros de largo y 5 de ancho fue construida con fibras de carbono y es la estructura de este tipo más larga del mundo.
Si resulta sorprendente este alarde de ingeniería, no lo son menos los zócalos de cerámica que adornan los arranques de este paso elevado sobre el río. Son cientos de azulejos creados por la Escuela de Cerámica de la Moncloa y la Escuela de Arte Francisco Alcántara.
Contiene imágenes de todo tipo: personajes reales y de ficción, objetos de uso diario y otros imposibles, animales, declaraciones de amor, iconos de la cultura pop, etcétera. Uno puede jugar a buscar azulejos iguales y puede que los encuentre...o no.
NUTRIAS EN EL PUENTE DE LOS FRANCESES
No es una exageración. El proceso de renaturalización del Río Manzanares a su paso por la capital ha traído multitud de especies animales que han arraigado y se dejan ver a diario.
Otras son más esquivas y conseguir observarlas no es tarea fácil. Hay que tener paciencia, buena vista o unos prismáticos, y suerte. Pero el hecho es que ejemplares de zorro o nutria se han sumado a la fauna fluvial.
En el tramo que va desde la citada Pasarela de Almuñecar hasta el Puente de los Franceses ha sido avistada la nutria. Y tiene su importancia, porque la nutria es enemiga de aguas muy contaminadas.
No es que el Manzanares esté impoluto pero a este mamífero le basta con las condiciones actuales. Y además cuenta con una buena provisión de peces que también nadan por aquí.
Si aún te quedan ganas, puedes seguir remontando el Manzanares hasta El Pardo. Una senda fluvial creada no hace mucho lo hace posible. Y de paso atravesar y observar las instalaciones abandonadas de La Playa de Madrid.