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El dióxido de azufre (SO2) de la erupción volcánica en la isla de La Palma puede provocar, en altas concentraciones, irritaciones en las mucosas, lagrimeo, inflamaciones pulmonares o incluso bronquitis, alveolitis y neumolitis, advierten desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.

Su vicepresidente, el jefe de Sección de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz Germán Peces-Barba, explica que los gases que emite el volcán son dañinos para la salud de la población general en altas concentraciones.

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Broncoespasmos, en los casos más graves

La doctora del Servicio de Neumología del hospital de Asturias y responsable del área de Medio Ambiente de la Separ, Cristina Martínez, ha explicado que deben tener especial atención y cuidado los pacientes cardiovasculares crónicos, los asmáticos y los que padezcan enfermedades pulmonares, además de los ancianos y bebés.

En los casos más graves, este tipo de gases pueden llegar a provocar broncoespasmos. "Pedimos que solo se exponga el personal indispensable y siempre con medidas de protección, y con vestimentas que se puedan quitar antes de llegar a casa", explica esta doctora.