Según una encuesta de Gallup, un 20% de los trabajadores en España reconoce que va enfadado a trabajar, algo que tiene que afectar en la calidad del trabajo, en las relaciones con los compañeros y en la productividad. Y es que este informe refleja que 9 de cada 10 españoles no se sienten comprometidos con su trabajo. Solo un 10% se declara comprometido con su empresa.
Uno de los factores que alimenta el disgusto podría ser el estrés, ya que el 36% de la población activa declara sentirse agobiada diariamente en el trabajo, dejando a España en el puesto 22 de los países con más estrés laboral de Europa, aunque por debajo de la media (39%).
Pese al escepticismo laboral, el estudio apunta que solo el 26% de los españoles consideran que es un buen momento para cambiar de trabajo.
Pablo Diego Rosell, consultor jefe de Gallup, señala que los factores son muy diversos, no solo existe una motivación económica: "Uno de los datos que nosotros tenemos en la encuesta mundial sobre el bienestar en el trabajo, es que tener un mal trabajo, en el que uno no está a gusto, es peor aún que no tener trabajo para el bienestar subjetivo de la persona".
Para medir el compromiso de la población activa, se han centrado en la relación que tienen con su supervisor directo, es decir, con nuestros jefes. "Esta es la relación que más marca el compromiso laboral, diferenciamos entre satisfacción, que es una sensación de bienestar en el trabajo, y compromiso, que es estar uno involucrado en el trabajo en el día a día", recalca Rosell.
Quiet quitting: el abandono silencioso
Hay un 75% de personas que están practicando el quiet quitting. Un abandono silencioso que no representa una situación de hostilidad directa hacia el trabajo o la empresa, sino ir a hacer las horas, "cumplir por la nómina", añaden desde el informe.
Más allá son las implicaciones individuales el tema del compromiso laboral, desde Gallup estiman que "nos estamos dejando en torno a un 8 y a un 10% del PIB debido a baja productividad". "Es un dato un chocante sobre todo si lo comparamos con los países del entorno", concluye Rosell; "estamos entre los que tienen menores niveles de compromiso de la Unión Europea, solo por delante de Italia y de Francia". No es una cosa coyuntural, tiene que ver con la cultura laboral, de gestión, de empresa. Sigue siendo un laboral poco dinámico y con pocas oportunidades".