Carlos García Juliá fue condenado a 193 años de prisión por matar a cuatro abogados en 1977 en Atocha y, tras 14 años de prisión, aprovechó un permiso para huir. Ahora ha sido detenido en Brasil.
Cristina Almeida trabajó como abogada en el bufete donde García Juliá acabó con la vida de varios compañeros. Sobre ese día, la abogada comenta en 120 minutos que “marcó un antes y un después en la vida española”.
El autor huyó a Bolivia, usando identidades falsas y fue arrestado por narcotráfico. Almeida explica que "lamentablemente, gracias a sus muertes se determinó que había que tirar para adelante en la democracia”