Diferencias entre alergias e intolerancias alimentarias: el caso de la leche y la lactosa
Analizamos qué sucede cuando una persona es alérgica a la leche y los síntomas de la reacción del sistema inmunológico
Con la nutricionista y doctora Conchita Valdés
Esta semana, una menor de 17 años falleció por una anafilaxia con parada cardiorrespiratoria tras tomar un café contaminado, sin ella saberlo, por leche.
La anafilaxia es una reacción alérgica grave que puede poner en riesgo la vida del alérgico si no se actúa inmediatamente y que, en los peores casos, lleva el cuerpo a un estado de choque en el que la presión arterial baja repentinamente y se estrechan las vías respiratorias, dificultando que la persona respire.
Estos síntomas graves pueden darse en cuestión de segundos o minutos y es poco común que aparezcan media hora más tarde de estar en contacto con el alérgeno.
"Una intolerancia nunca nos va a llevar a una muerte como la ocurrida", explica la nutricionista Conchita Valdés. "En la alergia intervienen unas inmunoglobulinas diferentes", conocidas también como anticuerpos que son proteínas fabricadas por el sistema inmunológico, "el organismo detecta ese alérgeno que suele ser una proteína como la de la leche y nuestro sistema lo quiere eliminar, causando un shock anafiláctico, que es nuestro sistema luchando contra ese agresor".
Nuestro organismo "reconoce estas proteínas como extrañas y comienza a producir anticuerpos" como la Inmunoglobulina E y a segregar sustancias químicas como la histamina. Es una cuestión genética y puede notificarse con síntomas como urticaria y ronchas en la piel al tomar el alérgeno, dificultad respiratoria, rinitis y picor de ojos, crisis de asma, dolor abdominal y diarrea.
La intolerancia a la lactosa significa que la persona no puede digerir correctamente la lactosa, causando una malabsorción y provocando síntomas que aparecen después de consumir algo con lactosa: abdomen hinchado, diarrea, gases, náuseas y vómitos, ruidos estomacales, etc.
Si bien estos síntomas de intolerancia son muy molestos y empeoran la calidad de vida, no ponen en peligro la vida de la persona. El nivel de gravedad de los síntomas depende de la persona, por la cantidad de enzimas de lactasa que produzca, y de su tratamiento.
La alergia a la lactosa sí puede provocar la muerte porque desencadena reacciones en el sistema inmunológico que pueden afectar a varios órganos y sufrir una anafilaxia. No todas las personas alérgicas desarrollarán una respuesta al alérgeno tan "explosiva" como una anafilaxia o, peor, un choque anafiláctico.
En resumen, la intolerancia implica que no tolera el azúcar de la leche y sí podrá tomar alimentos a base de soja y productos a base de leche de vaca que sean sin lactosa.
En el caso de la alergia, no tolera la proteína de la leche y no puede tomar ningún producto lácteo, tampoco los que sean "sin lactosa".
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