Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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La dismorfia del selfie es un trastorno que consiste en la obsesión por comparar nuestra imagen personal con la apariencia que nos aportan los filtros de las redes sociales, un problema cada vez más creciente entre los más jóvenes y que los expertos asocian a problemas autoestima.

"Los filtros nos ayudan a eso, a generar un yo que se que va a gustar"

Estos filtros tan utilizados en Internet, mejoran el aspecto físico borrando granitos, arrugas, manchas... pero, también, estilizan el rostro o el cuerpo, cambian el color de los ojos y de la piel, lo que ha provocado en muchas personas un rechazo a la propia imagen al haberse obsesionado con los retoques de sus fotos.

"El problema radica en que la red social está cambiado y está pasando de ser una extensión de nuestra vida real a ser un escenario donde vamos a compartir aquello que realmente gusta a nuestra comunidad y los filtros nos ayudan a eso, a generar un yo que se que va a gustar", ha explicado Pablo Lorente, profesor de ESIC Business School, en 120 Minutos.

Los cirujanos plásticos también han notado la proliferación de este trastorno al empezar a recibir en sus consultas muchas peticiones de personas que acuden con una foto suya retocada a la que quieren parecerse.