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Desde Oklahoma nos atiende Miquel Fernández, uno de los 43.000 voluntarios de la vacuna de Pfizer. Este español nos cuenta su experiencia. El día después de la primera dosis experimentó un cierto malestar, dolor de cabeza y algo de fiebre. "Como una especie de gripe, pero nada alarmante". Los síntomas solo le duraron unas 5 horas.

"Pensé que cuando antes hubiera voluntarios antes se encontraría la vacuna"

Miquel no está preocupado, porque considera que estos síntomas son absolutamente normales. Cuando se enteró de que estaban buscando voluntarios no lo dudó y se ofreció a participar en las pruebas. "Sentía que tenía que hacerlo".

"Pensé que era lo único que yo podía hacer para ayudar puesto que no soy sanitario".

Y a los que se muestran reacios a ponerse la vacuna solo les ofrece un consejo: que se informen.