Los peligros de las uvas para los más pequeños y cómo evitarlos

La tradición de las uvas en Nochevieja es un ritual que millones de personas siguen cada año, pero, ¿qué pasa cuando los más pequeños se suman a la fiesta? Según especialistas, las uvas pueden representar un peligro para los niños menores de cinco años debido a su tamaño, piel resbaladiza y el jugo del interior, lo que las convierte en un riesgo de asfixia si no se toman las precauciones adecuadas.

El pediatra Fernando Echávarri, de la Clínica Universidad de Navarra de Madrid, alerta sobre los peligros que presenta la uva en este contexto. "La uva tiene varias cosas peligrosas. Primero, la velocidad a la que se toma, segundo, su forma, ya que es una esfera que resbala, y tercero, la piel de la uva, que no se puede masticar con facilidad, especialmente para los niños pequeños", explica.

De acuerdo con los médicos, los menores de cinco años no deben consumir uvas enteras debido al riesgo de asfixia. La combinación de su tamaño, su forma resbaladiza y la dificultad para masticar puede hacer que los niños traguen las uvas sin masticarlas, bloqueando así las vías respiratorias y dificultando la respiración.

Para evitar este riesgo, los especialistas recomiendan cortar las uvas en trozos pequeños, quitarles la piel y las pepitas antes de ofrecérselas a los más pequeños. Esta es la mejor forma de asegurar que los niños disfruten de la Nochevieja de forma segura, sin poner en riesgo su bienestar.

Además, los expertos advierten sobre la sustitución de las uvas por otros alimentos potencialmente peligrosos, como frutos secos, caramelos duros, palomitas de maíz o grageas de chocolate. " El tema no es que sea la uva en sí, sino que sea algo que no se deshaga en la boca con facilidad", señala Echávarri.