Madrid recupera una "excelente" calidad del aire tras un martes con olor a quemado

El delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, ha precisado este miércoles que la calidad del aire de la capital es "excelente" después de que este martes muchos ciudadanos percibieran humo y un fuerte olor a quemado en las calles que procedía de un incendio declarado en Portugal.

"Los datos están a disposición en tiempo real de todos los ciudadanos en una aplicación y lo estaba mirando mientras estaba viniendo aquí. Hoy tenemos en la ciudad una excelente calidad del aire", ha resaltado el delegado a los medios de comunicación en Paseo de la Castellana.

El Centro de Emergencias 112 de la Comunidad de Madrid recibió la mañana de este martes 360 llamadas de ciudadanos de diversos puntos de la región alertados por olor a incendio y de una presencia activa de humo. Incluso la página de información sobre calidad del aire del Consistorio avisó de que "estaba empeorando".

Sin embargo, no había ningún incendio activo en la región. El olor procedía de un incendio en Portugal, casi a 350 kilómetros de distancia en línea recta a Madrid, que debido a la dirección y fuerza del viento de este martes ha atravesado la mitad de la Península Ibérica.

"La calidad del aire en la capital, a pesar de que las temperaturas y el calor no contribuyen a mejorarla, es excelente debido que los niveles de óxido de nitrógeno están a unos niveles buenos", ha resaltado Carabante.

En el programa 120 minutos de Telemadrid hemos hablado con Paco Martín, meteorólogo de Meteored, quien ha explicado las razones por las que en Madrid olía a quemado. El empeoramiento del aire tuvo su origen en un incendio activo en Portugal, en el parque natural de Serra da Estrela, en el centro del país, desde el pasado 5 de agosto.

Según Paco Martín, "Ese incendio entre el 15 y el 16 de agosto tuvo un crecimiento explosivo del fuego acompañado por flujos de viento de oeste de entre 50 y 70 kilómetros/hora". Además, "las condiciones del aire que desciende hicieron que, con suma rapidez, las columnas de humo atravesaran la mitad de la península, llegando incluso a zonas de Guadalajara".

El fenómeno más "extraño" tuvo que ver con "una tapadera que impidió que el humo y las partículas del incendio se dispersaran hacia la atmosfera superior y en cambio quedó atrapado en niveles bajos", y por eso se veía el aire turbio en muchas zonas de la península, "acompañado de partículas que contaminan las ciudades", y que asustaron a los madrileños.