Vídeo: EFE | Foto:Telemadrid
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El tópico del divorcio se cae: profesiones de prestigio, que obliga a viajar con frecuencia y a pasar mucho tiempo fuera del hogar, una buena posición económica y cierta despreocupación familiar. Por ejemplo, un piloto de avión. O un perfil igual, pero en una profesión sin prestigio, como la de periodista.

Teniendo en cuenta que son (y siempre fueron) las mujeres las que suelen pedir el divorcio, ahora con los datos del censo del INE, se sabe que entre las profesiones donde más abundan los separados se encuentran los trabajadores de cuidados personales a domicilio, el sector de la limpieza, los conductores de autobuses y tranvías, auxiliares de enfermería y la cocina. Por su parte, los solteros abundan en actividades deportivas; cine, radio y televisión; y programación y consultoría, pero hay que tener en cuenta que en dicha categoría se incluyen las parejas que no han llegado a regularizar su situación.

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José Jiménez-Cabello, sociólogo de la Universidad de Málaga, explica qué aspectos ligados con cada profesión las hace más vulnerables a una separación: "Los horarios, la duración de la jornada, el estrés que produce el empleo, separaciones prolongadas o presión laboral". Las guardias de sanitarios o policías pueden ser dañinas para la relación.

En el caso de los limpiadores, los malos horarios son relevantes. El estrés de los cocineros. O la presión laboral de directores generales y ejecutivos, que también figuran en el listado. "No tener horarios regulares o la indisponibilidad de fines de semana libres (incluso festivos) puede acabar socavando el funcionamiento de una relación y de la dinámica familiar en sí", explica Jiménez-Cabello.

Quizás el estereotipo del trabajador viajero no estuviese tan desencaminado, porque "las separaciones prolongadas no deseadas (movilidad laboral) pueden contribuir a que una relación se vaya fracturando poco a poco". Aún más en el caso de tener hijos. Lo que sí desmiente el sociólogo es la figura del divorciado prestigioso: "Lo que tenemos que desmitificar es, por ejemplo, que determinadas personas por tener profesiones más orientadas a estar de cara al público tengan más probabilidades de divorciarse", añade.

Una encuesta del Instituto de Estudios Familiares estadounidense identificó que profesionales como camareros, azafatas o teleoperadores tenían alguno de los niveles más altos de divorcios. Señalaba que un factor que se relacionaba de manera estrecha con la posibilidad de conservar el matrimonio era la estabilidad en el empleo, incluso más que los ingresos.

La falta de conciliación por las jornadas y horarios tiene más implicaciones que los divorcios, apunta César Martín Izquierdo, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE). “El abandono escolar porque los padres no tienen tiempo de calidad con los hijos, la tasa de natalidad o el impacto de la empresa y puesto” son algunas consecuencias que tiene tener poca conciliación.

¿Profesiones que se divorcian más o a la que se ven obligadas ejercer las mujeres?

Como explica Rafael González-Val, economista de la Universidad de Zaragoza, es difícil establecer relaciones de causa efecto. "¿Se divorcian más las limpiadoras y seguratas, o es que esas profesiones atraen a las personas que ya están divorciadas porque les ofrecen algún tipo de ventaja?", se pregunta. "Yo creo que es esto segundo: muchas mujeres con niveles bajos de educación y renta (y, por tanto, con más probabilidad de divorcio) se ven obligadas a incorporarse al mercado laboral después del divorcio, y por sus características tienen que aceptar trabajos que requieran poca cualificación".

"Si aplicamos el mismo razonamiento a los hombres, el trabajo poco cualificado en ese caso sería seguridad u hostelería", concluye.

Aunque no conozcamos su nivel económico, es interesante centrarse en el nivel educativo de los divorciados. Por lo general, una formación más elevada tiende a relacionarse con una mayor probabilidad de estar casado. Entre licenciados y doctorados, son mayoría los casados, mientras que entre aquellos con primera o segunda etapa de educación secundaria, aumenta el número de divorcios (uno de cada 10). Sin embargo, también entre las personas de menor nivel formativo, es decir, solo con educación primaria o la primera etapa de secundaria, los casados son mayoría.