Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Un estudio de 'Save the Children' alerta de la cantidad de familias que no llegan a poder beneficiarse del bono social para poder calentar sus hogares, a pesar de cumplir los requisitos para obtenerlo.

¿Cuáles son los motivos?

"Hemos visto que hay un porcentaje muy elevado de familias con hijos a cargo que no llegan a recibir este apoyo del bono social y parte de las razones están en que hay unas trabas en la gestión para acceder a esta ayuda, pero, también, es que no se tiene en cuenta el coste de la vida de los territorios", ha contado Catalina Perazzo, directora de incidencia política y social de 'Save the Children'.

Solo el 16 % de familias que no pueden calentar su casa recibe el bono social

Tener que realizar gestiones de manera telemática, también dificulta para muchas personas el poder solicitar bonos sociales y desde la ONG invitan a adoptar métodos que emplean en países como Portugal donde la ayuda se proporciona de manera automática a todos aquellos que la necesitan.

En España, 6,7 millones no pueden mantener su casa a una temperatura adecuada

Las cifras del último informe de Save the Children son contundentes. En España hay, en la actualidad, 6 millones, 780 mil personas que no pueden mantener su casa a una temperatura adecuada, una pobreza energética que se ceba especialmente con los más pequeños.Y es que más del 13% de los niños y adolescentes en nuestro país, viven en estos hogares que pasan frío en invierno y calor en verano.

Hay medidas diseñadas, en principio, para hacer frente a este problema, pero algo falla en el sistema cuando solo el 16% de los hogares que no puede calentar su casa cuenta con el bono social.

Muchos hogares recurren a alternativas precarias para tener luz o calentarse como las velas o los braseros

Save the Children también alerta de las consecuencias que tiene la pobreza energética en la infancia. Y no solo en su salud física, también en la salud mental, en el ámbito educativo, donde afecta al rendimiento escolar, incluso pudiendo derivar en riesgos para la seguridad.

Ya lo hemos visto en hogares que recurren a alternativas precarias para tener luz o calentarse como las velas o los braseros. Una situación todavía más complicada para un buen número de familias numerosas.