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El juicio al frutero de la localidad madrileña de Valdeavero conocido como 'El Toba', acusado de agresiones sexuales a diez menores, se ha suspendido esta semana y ha sido fechado para dentro de casi un año, en septiembre de 2025, debido al elevado número de procesos que tiene pendiente el tribunal.

Según han confirmado fuentes jurídicas, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid ha suspendido el juicio previsto para el miércoles a Cristóbal L.C., que se enfrenta a una petición de 98 años por parte de la Fiscalía por agresiones sexuales a diez menores, porque la letrada de la defensa sufre un problema médico que ha acreditado.

El pederasta de Valdeavero insinúa que sus hijos o un amigo le pudieron meter en un chat sexual con menores

Según han confirmado fuentes jurídicas, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid ha suspendido el juicio previsto para el miércoles a Cristóbal L.C., que se enfrenta a una petición de 98 años por parte de la Fiscalía por agresiones sexuales a diez menores, porque la letrada de la defensa sufre un problema médico que ha acreditado.

La Sección no ha podido reprogramar el juicio hasta el 24, 25 y 26 de septiembre de 2025 debido al notable número de procedimientos que tiene pendientes para su vista oral, según han explicado.

Una vez conocida esta decisión, el letrado de la acusación particular, Juan Manuel Medina, ha afirmado que, aunque la suspensión pueda estar justificada, "no es de recibo que se señale a un año vista: es revictimizar a los menores otra vez", además, ha puesto de relieve que este retraso tiene lugar además "del tiempo ya transcurrido y de la incertidumbre de tener que celebrar un juicio de estas características, en el que no se hizo prueba preconstituida, lo que implica que los menores tienen que volver a declarar en la sala de vistas".

“Pedimos por favor que no alarguen más esta agonía de los niños"

En 120 Minutos hemos hablado con Lorena, la madre de una de las víctimas que apenas tenía 9 años cuando sucedieron los hechos, nos ha mostrado las secuelas que ella misma está sufriendo a causa del estrés que padece pendiente de que se haga justicia a su hijo: “Pedimos por favor que no alarguen más esta agonía de los niños porque ellos ya estaban concienciados para contar estos días lo sucedido”; “llevamos esperando ya cuatro años”.

Se trata del tercer juicio al frutero de la localidad madrileña de Valdeavero, conocido como el Toba, acusado de agresiones sexuales a menores: en uno fue absuelto y en el otro fue condenado a 19 años de cárcel, a diez años de libertad vigilada y a no trabajar con menores durante 25, por corrupción de menores y agresión sexual a un menor.

Por esa sentencia condenatoria, de 2023, ingresó en la cárcel, donde permanece. Previamente había estado en prisión preventiva varios meses por los hechos de los que está acusado de cara al juicio ahora suspendido.

La Fiscalía pide para él un total de 98 años de cárcel por cinco delitos continuados de agresión sexual sobre menores

El tercer juicio a 'El Toba' supone la causa más grave y mediática, por la que salieron a la luz las denuncias que había contra él, y en la que está acusado de agresiones sexuales a una decena de niños menores de 16 años, conocidos de sus hijos, exhibicionismo y provocación sexual.

La Fiscalía pide para él un total de 98 años de cárcel por cinco delitos continuados de agresión sexual sobre menor de 16 años con violencia o intimidación (diez años cada uno), tres delitos continuados de abuso sexual sobre menor de 16 años (seis años cada uno) y dos delitos continuados de agresión sexual sobre menor de 16 años con acceso carnal cometido con violencia o intimidación (15 años cada uno).

En concepto de responsabilidad civil le reclama 154.000 euros para las diez víctimas.

La acusación particular pide para el acusado más de cien años de cárcel

En el escrito del Ministerio Público se afirma que el acusado residía desde 2004 en Valdeavero, donde desde 2018 regentaba una frutería. Vivía allí junto a sus dos hijos menores de edad que tenían un grupo de amigos con quienes jugaban en la plaza de dicha localidad, cerca del establecimiento.

El acusado se aprovechaba de la amistad de uno de sus hijos con esos chicos para tocarles los genitales, tanto en el comercio como en su casa, donde los pequeños acudían a veces. No consta que los hijos del acusado tuvieran conocimiento del comportamiento de su padre.

La acusación particular pide para el acusado más de cien años de cárcel.