Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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El origen de este grupo de Whatsapp de la Policía Municipal, con más de cien integrantes, era gestionar turnos, horas extras, libranzas… pero degeneró en un desfile de opiniones racistas.

Un policía denunció, pidió protección y, como consecuencia, los mensajes se hicieron públicos. El caso se judicializó y fueron investigados dos agentes por un presunto delito de odio. El propio Ayuntamiento se personó en la causa. Sin embargo, el juzgado de instrucción número 42 archivó el caso.

“Los comentarios ciertamente xenófobos, e incitadores al odio y violencia contra un grupo de personas por motivos de su raza, vertidos en el referido chat por parte de dichos dos investigados, tuvieron como únicos receptores a las personas agregadas a dicho chat”

Al entender que se trataba de un chat privado, el juez descartaba el delito de odio. El auto fue dictado el 22 de febrero, ahora la Audiencia Provincial lo anula y el chat vuelve a ser un caso abierto.