¿Reconoces de qué tienen forma estos 10 edificios de Madrid?

‘Para gustos, colores’ es probablemente una de las frases que más hayamos escuchado a lo largo de nuestra vida. Si por algo se conoce Madrid es por su variedad, su diferencia y las múltiples opciones que ofrece. En sus calles casi todo el mundo queda satisfecho o encuentra un color para su gusto. Aunque en esta ocasión, no vamos a hablar de colores sino de formas. Concretamente de las de nuestros edificios más emblemáticos. ¿Reconoces a qué se parecen?

1. Nuevos Ministerios: la hoz y el martillo

Esta gran mole de hormigón situada en pleno Paseo de la Castellana y que alberga la sede de varios ministerios tiene una de las estructuras más curiosas de Madrid. A pesar de que miles de personas pasan a diario por sus alrededores, muy pocos habrán reparado en su particular planta.

Su arquitecto, Secundino Zuazo Ugalde y fundador de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, habría diseñado unos planos basándose en las formas de la hoz y el martillo, dos símbolos que hacen alusión al comunismo desde 1917. A pesar de que se vio obligado a huir y exiliarse en Francia, su obra fue concluida en 1942 por arquitectos afines al régimen que siguieron los planos originales a excepción de ligeras modificaciones.

2. El Edificio España, ¿es una Menina?

En el corazón de Madrid nos encontramos con uno de los edificios más impresionantes de la capital. No solo por su envergadura, 26 plantas que en su día llegaron a albergar a más de 4.500 personas en solo un día, también por su belleza y su particular forma. A pesar de que su estructura ha sufrido diferentes modificaciones a lo largo de los años, lo cierto es que su fachada sigue intacta. Y, es que, el Edificio España es todo un emblema de la ciudad.

Pero, ¿no os recuerda a nada? Según el arquitecto Juan Ignacio Mera, la silueta vista desde lejos evoca una de las figuras más representativas de Velázquez: ¡Una Menina!

3. Una corona de espinas muy cerca de Moncloa

En el campus de Ciudad Universitaria nos encontramos con un edificio que llame más la atención que el de Ciencias de la Información. Hablamos de la sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España. Esta obra de arte proyectada por los arquitectos Fernando Higueras y Rafael Moreno, en 1961, se ha convertido en el reclamo de buena parte de las miradas de los estudiantes y de curiosos debido a su majestuosidad.

De hecho, en 2001, fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de monumento.Debido a su peculiar forma redonda y con terminaciones en punta, con el tiempo ha pasado a conocerse también por el sobrenombre Corona de espinas por sus similitudes. Sin duda, a los seguidores de Juego de Tronos este edificio les puede evocar la tiara que luciría años más tarde el Rey Joffrey, en la famosísima serie.

4. Las Torres Blancas ‘crecen’ en forma de árbol

Este complejo residencial diseñado por el arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza está considerado como uno de los mejores ejemplos del organicismo español. El proyecto, que inicialmente iba a estar constituido por dos torres y al final acabó erigiéndose tan solo una, representa el crecimiento orgánico de los árboles. De hecho, sus galerías, ascensores y escaleras, evocarían los vasos leñosos que recorren el tronco y sus terrazas curvas las hojas que se encuentran en las ramas.

5. Un sombrero mexicano en Ciudad Jardín

En el barrio de Ciudad Jardín nos encontramos con la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe cuya forma suele confundirse con la de un sombrero charro o mexicano. Lejos queda la original intención de su arquitecto, Félix Candela, quien pretendía hacer alusión al pasaje bíblico en el que los israelitas pasaron 40 años en el desierto y se vieron obligados a refugiarse en tiendas de campaña. Según cuentan las escrituras, Moisés erigió una tienda con forma piramidal y alargada a las afueras del campamento. A esta la bautizaría con el nombre de Tienda del Encuentro con Dios. Así que, sí, esta Iglesia representa un lugar sagrado donde el Mesías pretendía acercarse al Señor y no un sombrero mexicano.

6. El Teatro Real es un ataúd

El Teatro Real es uno de los edificios más reconocibles de Madrid, por su ubicación frente al Palacio Real y por ser el centro de las mayores representaciones operísticas de la capital. Sin embargo, es muy probable que casi nadie haya caído en la cuenta de que uno de los edificios más famosos de Madrid, en realidad tiene forma de ataúd. Además, su color grisáceo también resalta con el marrón rojizo característico del resto de edificios que le rodean.

Son muchas las explicaciones que se pueden encontrar sobre tan curiosa forma, desde algo ten sencillo como que esa era la forma del espacio que había para poder levantar la construcción o que fue un homenaje por la cercanía de un cementerio, entre otras muchos.

7. El piano del desaparecido Parking de Santo Domingo

En un intento de hacer frente al problema de aparcamiento que siempre ha existido en el Distrito Centro, se edificó un parking de tres plantas en la plaza de Santo Domingo. Este aparcamiento, con cabida para 567 coches, se convirtió en el primer aparcamiento público abierto en España –fue inaugurado en 1959 y se utilizó hasta su demolición en el año 2006-. Pero lo que pocos madrileños recordarán es su curiosa estructura. Si se miraba desde el aire podía observarse un enorme piano de cola. ¿Lo veis?

8. Una parrilla en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial

Tras las diversas modificaciones y ampliaciones que experimentó, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial adquirió una forma de lo más singular. Si observamos desde el aire este conjunto monumental, nos daremos cuenta de que tiene forma de parrilla. ¿Por qué? Tradicionalmente se ha afirmado que se construyó la planta con esta figura para ‘honrar’ a San Lorenzo, que murió quemado vivo en Roma.

Sin embargo, con los años se ha asumido que la explicación es que forma de la estructura es simplemente una mera casualidad. El monasterio adquirió este nombre en homenaje a las tropas españolas, que vencieron a los franceses en la batalla de San Quintín un 10 de agosto, coincidiendo con la festividad de San Lorenzo.

9. Las Torres de Colón tenían forma de enchufe

Este edificio de 23 plantas situado en pleno Paseo de la Castellana, fue concebido por su arquitecto Antonio Lamela como dos torres independientes que compartían una misma planta. Las Torres de Colón, que se convirtieron en un claro ejemplo de arquitectura suspendida, se construyeron de arriba abajo, es decir, las empezaron por la última planta y las terminaron por la primera.

Catorce años después de su finalización y debido a la nueva normativa de seguridad que había entrado en vigor en 1990, se vieron obligados a incluir una escalera de evacuación. Al no encontrar un espacio adecuado, decidieron instalarla entre ambas torres que pasarían a estar unidas para siempre. Para ocultar este nuevo elemento, idearon el famoso ‘enchufe’ art déco, que cambiaría por completo la estética de la torre.

A juzgar por las declaraciones que realizó Lamela a un conocido diario, el enchufe nunca acabó de convencerle: “La misión de las clavijas era ser lanzaderas de rayos láser, pero al final resultaba muy caro", ironizaba. De hecho, su última voluntad antes de fallecer fue que se recuperara la estructura original con la que habían sido diseñadas.

10. Hay una vela en la sede del BBVA

Y no es casualidad. La Ciudad del BBVA, situada en el barrio de Las Tablas, se compone de siete edificios horizontales y una enorme vela. Cada uno de estos edificios representa un continente: Europa, África, Asia, Oceanía, Antártida, América del Sur y América del Norte; y La Vela, que se erige en el centro del complejo, simboliza los valores de la “Cultura Corporativa: vanguardia, interculturalidad y sostenibilidad, además de globalidad”, tal y como puede leerse en su web oficial.