Amanece Madrid en un nuevo año con un delicado sol de enero. Es 1981, y, precisamente, no pasará desapercibido entre los madrileños ya que los acontecimientos que marcaron a toda una sociedad perdurarán a lo largo de las generaciones.
Los que eran jóvenes por aquel 1981 recuerdan el movimiento de una capital que no dormía ni siquiera de noche y cuyo trajín era cada vez mayor, por eso había llegado el momento de modernizarse y el suburbano madrileño tenía que crecer.
Ha cumplido cien años de historia, pero no fue hasta 1981 cuando cada una de las líneas de Metro es reconocida por su propio color, abandonando el blanco y negro y facilitando así al viajero su recorrido.
Y de una celebración pasamos a otra. Estamos a punto de entrar en el tercer mes del año, pero antes es hora de mover el esqueleto en Joy Eslava. ¿Os suena, verdad? La discoteca se inauguró la noche del 24 de febrero de 1981, el día siguiente al intento de Golpe de Estado perpetrado en el Congreso de los Diputados.
Suena Venezia, de Hombres G, entre otros triunfos musicales. El éxito es imparable y son muchos los que quieren celebrarlo bailando y cantando en una noche que parece no tener fin.
Viajando en el pasado llegamos a la próxima parada: la Quinta del Buitre. Con ese nombre comienza la época dorada del Real Madrid. Una cantera formada por Míchel, Sanchís, Pardeza, Rafael Martín Vazquez y con un joven Emilio Butragueño a la cabeza.
Pero no podemos olvidar que el gran nacimiento de los 80' fue la Movida madrileña. Una auténtica revolución en la que se abre la puerta a la libertad de una manera espontánea.
La suma de talentos de distintos ámbitos artísticos la hace posible. Más de 15.000 personas acuden al ‘Concierto de Primavera’ para escuchar a Alaska y Los Pegamoides, Farenheit 451 y Los Secretos. En resumen, ocho horas de música en directo que dejan claro la buena salud del punk y rock español.
Y nuestro Guernica, tras pasar 44 años años en el exilio, vuelve a casa. Un año clave a nivel cultural y de revolución social.