Amanda Moreno acaba de participar en la semana de la moda de Nueva York y llega a Madrid para desfilar en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid. Un ir y venir contante que comenzó hace seis años, los que lleva encima de las pasarelas.
Nos encontramos con Amanda en Barajas -6:30 de la mañana- No ha dormido mucho últimamente y lo que más le apetece en esos momentos es ir a su casa de toda la vida, en Villaverde, reencontrarse con su familia y darse una ducha. El cocido de mamá, su comida preferida, tendrá que esperar.
Fresca y casual, preparada para una nueva jornada agotadora, emprende camino a IFEMA. Vuelta al trabajo. A pesar de esa aparente normalidad Amanda se considera una persona especial, diferente a las chicas de su edad. Ese "algo especial" es precisamente lo que aprecian diseñadores como Ágatha Ruiz de la Prada que contará con ella para esta edición de la pasarela madrileña.
Tener complejos es un rasgo de normalidad y ella los tiene, como toda hija de vecina. Apuesta por sus ojos como rasgo mejor valorado y cambiaría su nariz que no le gusta nada.
La pasarela es más sudor que glamour para chicas como Amanda que pasará el día entre pruebas de vestuario, maquillaje e instrucciones de los diseñadores hasta la hora del desfile. Después, otro avión y vuelta a empezar.