Una unidad de farmacia que además de fabricar metadona la dispensa a personas drogodependientes ha desatado la polémica en el Puente de Vallecas. Los vecinos y comerciantes se sienten engañados porque les prometieron que la unidad solo actuaría como laboratorio y en ningún caso como dispensario. Tienen miedo de que el barrio se convierta en un foco de compraventa de drogas, y de los problemas de inseguridad que puede acarrear, sobre todo porque el local se encuentra al lado de un colegio y una guardería.
Intentamos hablar con los responsables de la empresa Casta Salud, responsables de la polémica unidad de farmacia pero nos remiten a Madrid Salud, adjudicatario del proyecto. Este organismo dependiente del Ayuntamiento de Madrid nos confirma que entre ocho y diez personas acuden al centro a diario a por su dosis, pero afirman que todas ellas se encuentran en estado de regularización, con un alto grado de inserción. Se comprometen, además, a reunirse con los vecinos para buscar una solución.