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(Actualizado

Lo primero que le pregunta Juan Pablo Colmenarejo en Buenos Días Madrid al vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología, Fernando Moraga-Llop, es la ampliación de la vacuna Janssen a los menores de 50 años. Algo que no le extraña al doctor, “porque la ficha técnica y la EMA la recomiendan a partir de los 18 años de edad”.

Otra cosa es la “incoherencia” que encuentra en esa recomendación, cuando se comparan las vacunas de AstraZeneca y la de Janssen. Explica que si no se recomienda una, no se debería recomendar la otra. “Si comparamos la recomendación de que la vacuna de AstraZeneca no se puede administrar, según el Ministerio, por debajo de los 60; con la recomendación de Janssen, que tiene una incidencia de trombosis similares que la de AstraZeneca en segunda dosis, (1-2 por millón de vacunados), todo esto hace que sea poco coherente en cuanto a razonamiento y evidencia científica”. Y por eso, reconoce que sería recomendable igualmente la de AstraZeneca que la de Janssen.

Optar por AstraZeneca

Por tanto, que las personas por debajo de los 60 años que ya tenían puesta la primera dosis de AstraZeneca, mayoritariamente, han optado por ponerse la segunda y no la de Pfizer, Moraga-Llop considera que han actuado “de manera inteligente y coherente, porque han seguido con las recomendaciones de los científicos. Las recomendaciones del Ministerio de Sanidad son más bien sociopolíticas y geopolíticas. No creo que las recomendaciones de la ponencia (que se rige por criterios científicos) estén totalmente reflejadas en las consideraciones finales. La ponencia hace recomendaciones técnicas pero una vez escala hacia arriba, se va diluyendo”.

Sanidad y un estudio corto

Sobre el estudio del Instituto Carlos III en el que se basó Sanidad para recomendar la segunda dosis de Pfizer a aquellas personas menores de 60 que habían recibido la primera de AstraZeneca, Moraga-Llop considera que fue un buen estudio, pero “únicamente desde el punto de vista de la inmunogeneicidad. Se vio que hubo una buena respuesta de anticuerpos. Falta el grupo control. Y nunca fue un estudio de eficacia ni de seguridad de efectos secundarios. Con esto, no quiero decir que el estudio pretendiera demostrar la existencia de trombos, porque es imposible de ver si no se hacen administraciones a millones de personas. Con estudios realizados a 20 o 30 mil personas sí que hay oportunidades de ver los efectos secundarios más frecuentes de una vacuna. No se puede tomar una decisión así con el trabajo de campo hecho a 600 personas”.

Los de AstraZeneca no deberían firmar el consentimiento

Lo del consentimiento informado, el doctor cree que no se debería pedir a nadie. “Pero si se pide, hay que hacerlo tanto a los que reciben AstraZeneca como los que reciben Pfizer. Porque los de AstraZeneca parece que están penalizados, cuando son ellos los que, no deberían firmar bajo ningún concepto, porque están atendiendo a la ficha técnica de la vacuna”.

Es un desastre que las personas tengan que decidir la vacuna que se ponen y que encima tengan que firmar un consentimiento informado, en el que uno de ellos se especifica en la de AstraZeneca lo de los trombos, aunque sea una realidad”.

La población ha seguido a los científicos

En cuanto a la polémica que achaca Sanidad con los lobbies de presión, Moraga-Llop no cree en la influencia de ellos. “Creo que lo que tiene razón de ser es que la población ha seguido los consejos de los científicos. La prueba es que cuando se instauró la decisión, hubo comunidades que decidieron y dijeron que su recomendación era poner la de AstraZeneca. Yo pienso igual, lo cual no quiere decir que en futuro vacunar con distintas tecnologías tenga aspectos positivos y de rentabilidad. Cuando salgan los resultados del estudio británico, puede que se demuestre que la pauta heteróloga, que es administrar dos vacunas distintas, pueda ser la buena en las estrategias vacunales. Pero esto eso habrá que demostrarlo sin vivir de las suposiciones”.

Tercera dosis

En su opinión, la administración de la tercera dosis será para grupos determinados, “aquellos que sospechamos que han hecho una respuesta vacunal más baja, como pueden ser mayores e inmunodeprimidos o trasplantados, creo que será necesaria esa tercera dosis. Hay que ser cauteloso y ver la evolución de pandemia. Porque esa tercera dosis igual puede ser la misma, u otra que ya contengan las variantes que estén circulando en ese momento”.

El futuro pasa por las vacunas multivalentes, “que tengan en su composición dos o tres variantes de las que circulan por el mundo”.

Para terminar, y sobre la inmunidad de los vacunados, “hoy precisamente la prensa comenta un artículo de la revista Nature. Se habla de que podría no ser tan corta como en un principio se suponía, porque la inmunidad depende no sólo de anticuerpos, sino de las células de memoria. El estudio revela que esas células de la médula ósea persisten, y en un momento dado, servirán de estímulo para que el organismo haga nuevos anticuerpos”.