El capote de Francisco de Manuel brilla con La Quinta en la 14ª de San Isidro
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La segunda novillada del abono isidril volvió a constatar que el escalafón menor es un desierto. Un secarral imposible de asumir para un volumen tan alto de novilladas en Madrid. San Isidro siempre quedó reservado para los novilleros punteros, pero ahora es un oasis para una nómina de ponedores y para pagar los favores concebidos en otras ferias y con otros coletillas. Para colmo, las novilladas están saliendo, en líneas generales, muy buenas.
El encierro de La Quinta no fue para romperse la camisa, pero dio opciones y se dejó torear. Destacó por encima de todos Marsellés, un cárdeno de 490 kg que fue un torrente de casta y codicia. Le tocó en suerte a André Lagravere "El Galo", que perdió ayer varias cosas. En primer lugar, calorías, porque hubo de correr escapando de la casta; en segundo lugar, una oportunidad para coger sitio privilegiado en la temporada y, en tercer lugar, se perdió en un mar de embestidas humilladas cargadas de emoción. Ovación cerrada para el utrero.
Lo más torero llevó la firma de Francisco de Manuel, que toreó con el capote como sueña la mayoría. Primero, en un quite a Marsellés a la verónica que despertó a unos tendidos que comentaban todavía el adiós público del rey emérito. Después, con su primer novillo, volvió a deleitar con la capa, con un toreo profundo, encajado, ganando sitio y acompasando. Torear con todo el cuerpo, eso hizo el madrileño. Con la muleta mostró oficio y solvencia, pero el viento, las complicaciones del lote y su condición gazapona condicionaron ambos trasteos. A destacar también dos buenas estocadas. Saludó una ovación en cada uno de sus novillos.
El más antiguo de la terna, Ángel Jiménez, pagó el pato de abrir cartel un lunes en San Isidro. Dejó muletazos empacados y de excelsa profundidad, pero la nula transmisión del novillo que rompió plaza desbarató cualquier conato de triunfo. Con 26 años y una alternativa de lujo anunciada en Sevilla, se espera un punto más de compromiso ante animales sosos, pero este tipo de toreros hemos de cuidarlos porque no abundan.
Para esta tarde, toros de José Escolar, que abren el miniciclo homenaje al encaste Albaserrada. Lo encargados de darles lidia y muerte serán Fernando Robleño, Gómez del Pilar y Ángel Sánchez.
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