Madrid Mazo Guapo 'A cuestas'
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Con la excusa de que estamos atravesando la cuesta de septiembre, asociada a un mes típico de gastos tras las vacaciones, en el Madrid Mazo Guapo nos hemos propuesto hablar de algunas de las pendientes más pronunciadas de Madrid.
Hay muchas calles empinadas y algunas míticas como la de la Cuesta de Moyano, la de San Vicente o la Avenida de Pablo Iglesias, pero en esta ocasión, Nieves Ortiz, coordinadora de esta sección semanal, ha escogido otras que tienen algún vínculo especial con los autóctonos y turistas por ser muy populares.
Es el caso de la Ribera de Curtidores, vía principal del Rastro de Madrid que desciende desde la plaza de Cascorro hasta el paseo de las Acacias.
Antiguamente se la conoció como la calle de las Tenerías, establecimientos dedicados a la fabricación y comercialización del cuero, que estuvieron funcionando en la zona hasta comienzos del siglo XX.
Es una vía bastante pronunciada a la que los comerciantes con quién hemos hablado, ya están acostumbrados y para la que tienen sus truquillos a la hora de montar y trabajar en sus puestos.
El rastro tiene mucho tirón y esta famosa ribera no es un impedimento para que la gente acuda a disfrutar como lo hacen los corredores de la San Silvestre Vallecana en la cuesta más dura de todo el recorrido, la Avenida de la Albufera, prolongación natural de la avenida de la Ciudad de Barcelona tras su cruce con la M-30.
Antigua carretera de Valencia, la Avenida de la Albufera ha sido desde siempre la calle más importante y más comercial del Distrito de Puente de Vallecas y el tramo de casi un kilómetro más temido de los 10 que completan el recorrido de la carrera popular más internacional de Madrid y que tiene dos modalidades, la popular y la internacional con atletas de elite.
La carrera parte de Concha Espina pasando, entre otras calles por Serrano, Puerta de Alcalá, Cibeles, Paseo del Prado, Neptuno y Ciudad de Barcelona que conecta directamente con la Avenida de la Albufera.
Resulta curioso que, el ganador, por segundo año consecutivo, fuese un uruguayo llamado Nicolás Cuestas. Logró pulverizar el récord con una marca, en al popular, de 28 minutos 48 segundos.
El alcalde de Madrid, fue uno de los 41.000 participantes y terminó en poco más de 52 minutos, una marca muy similar a la edición anterior. Quiénes disfrutan y sufren también las vías y carreteras más pronunciadas de nuestra ciudad y de la Comunidad son los ciclistas como Miguel de Andrés, responsable de ciclismo urbano de la Asociación Pedalibre, que nos detalla algunas como la M 226 subiendo desde Meco hasta los Santos de la Humosa o la subida desde Arganda a Campo Real.
Y, cómo no, destaca también los puertos de la Morcuera, Cotos o el Alto del León, éste último insufrible por su estrecho arcén y el alto volumen de tráfico existente en la zona para evitar el peaje.
Para Miguel las cuestas suponen tomar conciencia del lugar por el que se transita para el que cada ciclista tiene que desarrollar su propio ritmo de pedaleo con el fin de conseguir la máxima eficiencia y hacerlo sin el peligro que supone el tráfico motorizado. De ahí la importancia de la vías ciclistas segregadas y protegidas y una red ciclista que vertebre todo el territorio.
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