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(Actualizado

Se acercan las Navidades y llega Papá Noel y los Reyes Magos. Una época de estar en familia, de buenos sentimientos... y de regalos. Nuestros hijos se convierten estos días en el foco de atención familiar esperando ser recompensados y los padres y abuelos, quien más quien menos, corre el riesgo de perder la cabeza y tirar la casa por la ventana.

Un niño sobreprotegido hiperregalado tendrá tendencia a crecer pensando que tiene derecho a todo

Pero cuidado, demasiados regalos pueden convertir a nuestro hijo en un tirano, o lo que comúnmente se conoce como 'síndrome del emperador'. Analizamos este trastorno conductual en Buenos Días con Jordi Royo, Director clínico de Amalgama 7: "Un niño sobreprotegido hiperregalado tendrá tendencia a crecer pensando que tiene derecho a todo".

Según un informe de comportamiento de consumo de la empresa Aldi en 2020, 4 de cada 10 padres y madres españoles se gastarán entre 100 y 200 euros en juguetes este año. Un 22% destinará menos de 100 euros y un 17%, hasta 300 euros.

¿Qué es el síndrome del 'niño emperador'?

El Síndrome del niño emperador, también denominado Trastorno de oposición desafiante (TOD), se da en aquellos niños que tienen una tolerancia muy baja a la palabra NO por parte de sus progenitores.

Suelen ser hijos de padres muy tolerantes con falta de autoridad parental, y que tienden a hacer todo lo que el pequeño o pequeña de casa demanda. El niño siente que tiene la autoridad y así la ejerce delante del resto de familiares de la casa. Pequeños tiranos que someten a sus padres a todos los caprichos que creen necesitar.

Carecen de empatía y tienen graves problemas en gestionar o expresar sus propias emociones, son caprichosos, egoístas, individuales, con grandes carencias de imaginación y poco tolerantes a la frustración, exigen la atención de todo y todos en cualquier momento y tratan con ira a los que en contadas ocasiones se niegan a un capricho u orden suya.

Cuando los familiares tienden a dar privilegios de forma desmesurada, como es el caso del exceso de obsequios, los pequeños, en cierta forma, son incitados a creer que independientemente de su comportamiento, siempre serán premiados, anulando de esta forma cualquier refuerzo negativo o positivo según su conducta. Como tienen el premio asegurado, el buen comportamiento no es necesario.