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(Actualizado

María Cano, de Madrid Diario, analiza el esperado anuncio de nuevas medidas contra el COVID en la Comunidad de Madrid para el próximo viernes. Explica que “hay mucha prisa. De hecho ayer han empezado a trabajar dos equipos de rastreadores militares y, además, la Comunidad ha pedido la incorporación de efectivos militares para hacer tests y tareas de limpieza y 222 efectivos entre Policía y Guardia Civil para controlar el cumplimiento de las cuarentenas”.

Sesenta y cuatro militares comienzan a actuar en Madrid como rastreadores

Destaca que “al menos, todo esto nos permitirá ver cuáles son las carencias del sistema y ver los fallos que deben corregirse”. También apunta que “los médicos dedican un 30% de su tiempo a realizar el seguimiento de las bajas y no pueden atender pacientes. Por ello, existe la propuesta de que sea la Seguridad Social la que controle las bajas de forma telemática y directamente con las empresas”. Sobre la falta de médicos, Cano apunta que “no es un tema nuevo. De hecho, de aquellos polvos estos lodos. La posibilidad de incorporar médicos de fuera es un parche y que es necesario un cambio estructural en la sanidad de Madrid”.

Los médicos dedican un 30% de su tiempo a realizar el seguimiento de las bajas y no pueden atender pacientes

Por su parte, Pablo Rodero, de 20 Minutos, destaca la instalación de mamparas en las aulas de Madrid. “Muchos centros aún están haciendo reformas y adaptaciones para cumplir con las ratios, por ello deben instalar mamparas allí donde no haya distancia suficiente; además, se suman a las 5.000 que se han instalado en los comedores y al 1,8 millones de euros que se ha dedicado a la limpieza”.

250 aulas prefabricadas y miles de mamparas para asegurar la distancia social en los colegios madrileños

Maria Cano destaca el cierre de las salas de estudio en Vicálvaro y las quejas de los vecinos, ya que “solo permanecen cerradas en cuatro distritos”. El motivo es la “falta de horas de limpieza y la negativa de la Junta Municipal a ampliar el contrato, algo que está impugnado”. Explica que en la Junta del Distrito “se rechazó ampliar el contrato por el voto de calidad del presidente, toda vez que por el COVID solo asisten el 50% de los vocales y se produjo un empate”. Concreta que “de haber acudido el 100% la votación habría salido adelante”.

Por último, Rodero apunta a que “la movilización contra Ayuso se está disolviendo como un azucarillo”. Los convocantes han pasado de “planificar una manifestación centralizada a plantear actos descentralizados y simbólicos que aún no se han concretado”.