El lunes 26 de julio, se celebró el Día del mayor y diferentes estudios refieren un alto grado de “fatiga pandémica”, la sensación de estar “quemado”, entre nuestros mayores como consecuencia de vivir año y medio de restricciones, limitaciones y riesgos sanitarios por la Covid-19.
Se trata de una fatiga real, generada por el constante estado de alerta en que vivimos, que produce una desmotivación para asumir las conductas de protección recomendadas lo que conlleva una mayor exposición a conductas de riesgo y un incremento de la probabilidad de contagio.
En el intento por adaptarse a estas nuevas situaciones y sensaciones, nuestro organismo puede experimentar algunos síntomas físicos como son trastornos del sueño y la alimentación; cefaleas, dolor de espalda, estómago; y sensaciones de cansancio o agotamiento, generando emociones como el miedo, la frustración, etc.
¿Cómo combatir esos síntomas?
El ejercicio físico, una dieta equilibrada y una vida activa resultan agentes clave en este proceso. Llevar una vida saludable, evitando el sedentarismo y los excesos puede reducir el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el deterioro mental que es más común a medida que envejecemos.Entre los expertos se apuesta por mejorar la salud mental, algo fundamental para un correcto funcionamiento de nuestro cerebro.
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Dieta mediterránea: El cerebro, al igual que un motor, necesita grasa para su correcto funcionamiento. El consumo de aquellas grasas adecuadas, especialmente las que contienen mayor cantidad de ácidos grasos Omega-6 presentes en los vegetales, girasol, soja, sésamo o maíz y de ácidos Omega-3 en el coco, el aguacate y pescados azules, son beneficiosos para el cerebro. El aporte de vitaminas es esencial en esta epoca de la vida, especialmente vitamina D y B12 (pescados, carne, huevos, lacteos y cereales enriquecidos).
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Salud física: Para mantener un cuerpo y mente sana es primordial realizar algo de ejercicio moderado todos los días. Una manera excelente es caminar al aire libre, que de paso, nos permitira fijar la vitamina D que hemos ingerido gracias a la accion del sol.
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Cuidado de las relaciones sociales y bienestar emocional: Para cuidar de las relaciones sociales es necesario salir de casa, mantenerse activo socialmente, conversar, pasar tiempo con nuestros seres queridos, así como mantener el contacto y la relación con amigos. todo ello alejara los sentimientos de soledad, aislamiento, escasa utilidad para la sociedad, etc., especialmente a las personas que viven solas.
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Actividad intelectual: Es importante mantener una estimulación constante en nuestra mente que supongan pequeños retos, como la lectura y los juegos de mesa, ya que muchos de ellos requieren habilidades de cálculo, memoria reciente y capacidad de previsión.
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Cuidar el sueño: uno de los aspectos más importantes para mantener un adecuado nivel es mantener una rutina de sueño, procurando no alterarla. Es conveniente dormir un total de 7-8 horas y una breve siesta.
Es evidente que la salud mental repercute en la salud física. Los pensamientos generan emociones y estas producen un estado mental que puede ser positivo o negativo. Por ello la calidad de la salud mental depende en gran parte de la calidad de los pensamientos, repercutiendo en nuestra salud y bienestar global.