La letra pequeña del nuevo estado de alarma

La periodista de ABC, Sara Medialdea, señala las incertidumbres de tanto cambio con las normas tras el nuevo estado de alarma. “Este fin de semana los madrileños hemos vivido anuncios continuos de restricciones, según zonas y según el gobierno que hablara. La gente tiene mucho lío y no sabe si puede o no estar en la calle. A mí me parece que alargarlo hasta mayo es mucho. Habrá que leer la letra pequeña, aunque parece que el estado de alarma tiene cosas buenas, como que será cada comunidad la que fije los ceses de actividad nocturna. O decidir los confinamientos físicos de la gente, para saber si podremos salir de puentes o no. Y un aspecto malo, es que cada presidente puede decidir por su parte, salir o no salir, entrar o no entrar. Tendremos que ir haciendo un máster en restricciones”, reflexiona.

Por su parte, Roberto Bécares de El Mundo, también plantea el posicionamiento de Madrid con lo anunciado por Pedro Sánchez. “Se dan paradojas como que el toque de queda, de 00.00 a 6.00 am, impone a la misma hora en que cierran los bares y restaurantes. Habrá que revisarlo porque habrá gente en la calle a las 00.00, justo a la hora en la que nadie puede estar ya, y necesitarán un tiempo para llegar a casa. Es un jaleo. Si los periodistas muchas veces no sabemos, imagínense los ciudadanos”.

Si los periodistas muchas veces no sabemos, imagínense los ciudadanos

Bécares se refiere a los macrobotellones el último fin de semana antes del inicio del estado de alarma. Especialmente en Madrid Río. “Son algo habitual allí y echo de menos más presencia policial. Lo cierto, es que el viernes por la noche desmantelaron un macrobotellón con 300 jóvenes bebiendo y fumando sin mascarilla. Desde que se decretó el estado de alarma se han impuestos más de 3.500 sanciones. En los últimos días más de 300”.

Para terminar, Medialdea se fija en el Madrid Rural, el “Mercamadrid” del campo. “Para que nuestros agricultores puedan comercializar lo que sale del campo y venderlo en tiendas, comercios y hoteles. Tenemos 788 explotaciones agrícolas en Madrid donde trabajan decenas de miles y es importante que el campo madrileño sean una salida para nuestros jóvenes”.