A raíz de los últimos casos conocidos de exhibicionistas en distintos puntos de Madrid, uno de ellos en Valdemoro, donde ha sido detenido un individuo por mostrar sus genitales a un grupo de menores, nos hemos preguntado por el perfil de los exhibicionistas y sobre las causas que les conducen a comportarse así. ¿Por qué lo hacen? ¿Qué buscan? ¿Son víctimas o delincuentes? ¿Qué terapias aplican los expertos para reconducir este comportamiento?
Para aclarar estas y otras dudas, hablamos con Mariona Gabarra, que es especialista en trastornos sexuales y terapeuta de pareja, colaboradora de Vértices psicólogos: "El exhibicionismo es mucho más frecuente de lo que nos imaginamos", cuenta la terapeuta en Onda Madrid.
Tener una inclinación o interés consumado en alguna de estas categorías no constituye en sí ningún síndrome clínico. Es decir, que una persona sienta deseo o tenga una fantasía sexual intensa hacia un objeto, sensación o práctica sexual atípica no tiene que constituir un problema.
Ahora bien, lo que sí puede originar un trastorno es la comprobación de que la parafilia suponga una disfunción o un conflicto emocional para el individuo que la padece: "Que esa persona no pueda llegar a la excitación sexual de otra manera y tenga que ser recurriendo a esta temática. Hablamos de casos en los que el individuo no puede mantener relaciones sexuales si no es únicamente con esa práctica o comportamiento", comenta Mariona Gabarra.
¿Qué se esconde en la mente de un exhibicionista? "Ha tenido que haber alguna construcción errónea a nivel de desarrollo emocional o algún origen o trauma que suelen venir de la niñez o de la adolescencia. Normalmente han tenido algún tipo de carencia afectiva y su manera de gestionarla en este caso es esta, derivándolo hacia el exhibicionismo".