Con la llegada del verano aumentan los casos de otitis externa conocida también como “oído del nadador”.
Se trata de una infección leve del canal auditivo externo producida por los restos de agua que quedan dentro de este canal, permitiendo que las bacterias proliferen. La mejor forma de evitar la otitis es realizando algo muy sencillo; un buen secado de los oídos tras el baño. El uso de bastoncillos u otros objetos dentro del canal auditivo externo también puede producir este tipo de infecciones, ya que dañan la piel dentro del canal y estas heridas se sobreinfectan.
Además, con los baños, aumenta el riesgo de generar un tapón de cerumen que igualmente puede causar dolor y disminución de la audición.
Los síntomas de la otitis externa
Los síntomas suelen ser suaves en un principio, pero pueden empeorar si la infección no es tratada a tiempo. El dolor de oído es el principal síntoma, una especie de pinchazo que empeora al tocarnos o movilizar el pabellón auricular. La entrada del canal puede verse enrojecida. Si la infección progresa, puede incluso haber supuración del conducto, disminución de la audición e incluso verse afectado el cartílago de la aurícula.
Habitualmente el diagnóstico de la otitis externa se realiza en la consulta del médico de familia o del otorrinolaringólogo. Si la infección está avanzada o es persistente a pesar del tratamiento, puede que se requieran más estudios.El objetivo del tratamiento es curar la infección y permitir al oído que se recupere. Limpiar el conducto es muy importante para permitir que las gotas con antibiótico puedan hacer efecto correctamente. El tratamiento ideal corresponde a la administración de antibiótico por vía tópica, habitualmente en gotas óticas.
En caso de no ser tratada, la otitis externa puede tener complicaciones como: pérdida transitoria de audición, cronificación de la infección y lo que los especialistas llaman condritis, cuando la infección de la piel del canal auditivo externo se extiendo al cartílago de la aurícula.
Si nos centramos en los tapones de cerumen, conviene saber cómo actuar. La cera de los oídos, también llamada cerumen, es una secreción de las glándulas del conducto auditivo externo, que sirve como mecanismo de autolimpieza del oído.
Además, tiene propiedades antibacterianas y ayuda a evitar infecciones como la otitis. Esta cera suele eliminarse de forma natural, desplazándose por el conducto auditivo hasta el exterior. Cuando no ocurre así y sentimos la pérdida de audición conviene eliminar el tapón de cera. Igual que en la otitis, sin utilizar bastoncillos de algodón. Es recomendable reblandecer previamente el tapón de cera con la aplicación de gotas de agua oxigenada o productos específicos varios días antes de la extracción. Lo más aconsejable es acudir a un médico especialista.
Tapones personalizados
El uso de tapones en los baños en piscinas o playas ayuda a prevenir la otitis. Al cubrir los conductos auditivos se impide la entrada de agua que acostumbra a ser la causa principal tanto de otitis externas, como de procesos de agudización de otitis medicas crónicas. Cada oído es diferente anatómicamente, cada oído tiene un conducto distinto y un tamaño diferente, por lo que no a todos nos sirven los mismos tapones. Lo más importante que debemos tener en cuenta en un tapón de baño es que tenga un ajuste perfecto para evitar que el agua penetre.Por ello, unos buenos tapones de baño son aquellos que se realizan a través de la toma de impresión de nuestro oído, y se fabrican especialmente a medida. Sólo de este modo proporcionarán la seguridad de que están perfectamente adaptados y que no se van a mover ni a caer mientras estemos nadando.
Además, un buen tapón de baño debe estar realizado con material de silicona especial y de calidad para que sea cómodo de llevar durante un largo período de tiempo, evitando roturas por su uso prolongado. También debe ser de un material hipoalergénico para que sea recomendable su uso para todas las edades para y personas con diversas patologías auditivas.