Esta situación de inseguridad viene repitiéndose año tras año y se acrecienta sobre todo en el turno nocturno de los vigilantes, cuando los infractores saltan a las piscinas municipales para hacer botellón o cualquier chiquillada: "Es ahí donde tenemos el mayor problema porque en ese turno de vigilancia solo hay una persona", cuenta a Buenos Días de Onda Madrid Hectór Castaño, coordinador de comunicación y relaciones institucionales del Sindicato de Trabajadores de Seguridad y Servicios.
Los trabajadores de seguridad proponen aumentar los efectivos de seguridad en cada una de las piscinas públicas y que los cuerpos policiales se pasasen durante sus patrullas por dichas instalaciones de manera habitual al menos durante unos pocos minutos.