Unas personas sin hogar han montado su tienda de campaña en pleno centro de Madrid, en la calle de la Paloma, cerca del Metro Puerta de Toledo, de un colegio y de la Iglesia Virgen de La Paloma. Dos vecinas, que pasan a diario por esta zona, han enviado al WhatsApp de Buenos Días las imágenes de esta acampada que está causando problemas en la zona por la suciedad y el tránsito de niños y mayores.
Telemadrid ha podido comprobar cómo en las inmediaciones de esta gran carpa de color azul montada en la calle Paloma hay defecaciones esparcidas por los jardincillos acotados de la zona, lo que provoca el olor insoportable que denuncian los vecinos.
Defecaciones, jeringuillas y basura
Belén y Nuria señalan a Telemadrid que esta zona “es un paso para quienes cogen el Metro de Puerta de Toledo, y por aquí pasan escolares y salen niños pequeños que juegan en estos jardines y se encuentran con jeringuillas y basura, y pueden coger una jeringuilla y cualquier cosa”.
Eso además de ver cómo hacen sus necesidades que “al final acabarán viéndolo como cotidiano y no debe ser así”, dicen. Piden que intervenga la Policía o que el Ayuntamiento dé una solución porque la situación empeora día a día.
Víctimas del la crisis y sin cobrar el ERTE
Los acampados son personas sin hogar que se han instalado en las cercanías de los Servicios sociales de Puerta de Toledo y han puesto una carpa azul para protegerse de las lluvias. Hay restos de todo tipo y huele espantosamente, porque las condiciones higiénicas son pésimas.
Telemadrid ha recogido sus testimonios. Son cinco personas que se han quedado sin hogar. “No queremos estar aquí –afirma a Telemadrid uno de ellos- me quedé sin empleo, estoy en un ERTE, pero no he cobrado nada aún. No podía pagar el alquiler, ni comer”.
Trabajadores sin poder pagar un alquiler
“Trabajaba en Boadilla del Monte –relata- y llevo tres días en la calle y lo único que quiero es salir de esta situación”
Otro de los acampados relata que está en la misma situación: “Soy camarero y estoy sin cobrar, llevo ya meses en la calle”. Asegura que ha intentado ir a un albergue, “pero estamos en una lista de espera de tres meses”.
Dicen que comprenden las quejas de los vecinos sobre las defecaciones, pero defienden que “no somos delincuentes”. Explican que, ajenos a ellos, “aquí hay gente que viene a drogarse y nosotros no podemos hacer nada, no podemos echarles”.