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El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, reafirmaron este lunes su voluntad de trabajar juntos y rebajar las tensiones que han llevado la relación bilateral más importante del mundo a uno de sus momentos más bajos.

Así se expresaron Biden y Xi al inicio de su primera reunión como jefes de Estado en la isla indonesia de Bali, donde mañana arranca la cumbre de los líderes del G20.

El primero en intervenir fue Biden, quien expresó su deseo de mantener abiertas las líneas de comunicación entre China y Estados Unidos debido a la "responsabilidad" que comparten las dos potencias.

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"Nuestras dos naciones comparten la responsabilidad de gestionar sus diferencias, debemos evitar que la competición se convierta en algo parecido al conflicto. Debemos encontrar formas de trabajar juntos en asuntos globales urgentes que requieren nuestra cooperación", aseveró el líder estadounidense.

A continuación, Xi expresó su alegría de ver a Biden, con el que entabló una relación cercana cuando ambos eran vicepresidentes, y consideró que no hay "sustitución para los encuentros cara a cara", pese a que ambos han mantenido cinco conversaciones telefónicas y por videoconferencia desde que el estadounidense llegó a la Casa Blanca en enero de 2021.

"El mundo se halla en una encrucijada. ¿A dónde vamos desde aquí? Esta es una pregunta que no solo está en nuestra mente, si no en la de todos los países. El mundo espera que China y Estados Unidos manejen de forma adecuada su relación", reflexionó el presidente chino.

Además, Xi expresó su deseo de mantener una "conversación franca y en profundidad" sobre los temas de importancia estratégica para la relación de China y EE.UU. en el ámbito regional y global.

Los dos líderes se estrecharon la mano a modo de saludo y se sonrieron, posando para las cámaras en una foto para la historia.

El esperado encuentro entre ambos se ha producido tras meses de negociaciones secretas. Empezó a gestarse en una llamada entre los dos líderes en julio, desvelaron este lunes funcionarios estadounidenses.

Biden y Xi hablaron en julio durante horas, en medio de la tensión por la inminente visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara Baja de EE.UU., Nancy Pelosi, y en ese momento ambos destacaron el "valor" que tendría un encuentro cara a cara, según explicó entonces la Casa Blanca.

Fue ese el momento en el que los dos líderes pidieron a sus equipos que empezaran a preparar la reunión, que finalmente se producirá este lunes a las 17.30 hora local (09.30 GMT) en los márgenes del G20 en Bali (Indonesia).

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Lo que siguió a la llamada entre Biden y Xi fueron "docenas de horas de diplomacia discreta entre bambalinas" y meses de negociaciones en las que los equipos de EE.UU. y de China intentaron llegar a acuerdos sobre el formato del encuentro y los temas que se abordarían, narraron los funcionarios.

"Cada uno de los temas asociados con esta cita, desde los asuntos de política exterior hasta la logística han sido evaluado con cuidado, negociados y acordados por las dos partes", enfatizó una de las fuentes. Uno de los momentos clave que aceleró el proceso fue el encuentro que el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, tuvo en septiembre en Nueva York en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas con su homólogo chino, Wang Yi.

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Ese cara a cara sirvió para crear la idea de que, después de un periodo contencioso entre las dos potencias, era necesario y "natural" que los dos líderes conversaran, especialmente teniendo en cuenta que ambos iban a coincidir en el G20 en Bali, detallaron los funcionarios.

Esas fuentes explicaron que las negociaciones hicieron que salieran a la superficie muchas de las diferencias entre las dos potencias, pero calificaron el proceso como "serio, sostenido y profesional", ejemplo de la "tradición" de la diplomacia entre Estados Unidos y China. Consideraron, además, que esos intercambios, en sí mismos, ya tienen un valor muy importante para la relación bilateral.