Prohibido camellos. Este es el cartel que ha aparecido recientemente en los balcones de algunas de las viviendas de la calle Ballesta y sus alrededores, en pleno centro de Madrid. Los vecinos están hartos del deterioro que sufre el barrio aledaño a la Gran Vía, donde se venden y se consumen drogas a la vista de todo el mundo, lo que conlleva discusiones y violentas peleas.
Al tráfico de drogas se une la proliferación de prostíbulos clandestinos en pisos que están abiertos las 24 horas del día. La situación es especialmente insufrible en el número 10 de la calle Ballesta, donde te encuentras, según denuncian sus vecinos.
Lo sabe bien la Policía Municipal y la Policía Nacional, que patrullan constantemente por una calle repleta de prostitutas y proxenetas.
La inseguridad en calles como Ballesta o el narcotráfico en San Blas está siendo motivo de un nuevo enfrentamiento en el Ayuntamiento de Madrid y el delegado del Gobierno. Francisco Martín propone una mesa para estudiar los problemas de los vecinos.
Mientras, el consistorio subraya que el delegado debe cumplir con su deber e intervenir con la Policía Nacional para acabar con la delincuencia en las calles.
En este sentido, la vicealcaldesa del Ayuntamiento de Madrid, Inma Sanz, alertó este martes de la "inseguridad" en el distrito de San Blas en Madrid que están detectando los vecinos y acusó al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín Aguirre, de "echar balones fuera de sus competencias".
Sanz aseguró durante una entrevista en Telemadrid que los vecinos de esta zona tienen "un problema de hechos delincuenciales" y necesitan "una actuación que sea efectiva por parte de la Policía Nacional". Aunque reconoció que está "habiendo un refuerzo en los últimos días", lamentó que "no se ha conseguido atajar la situación".