Para colmo, vive un calvario judicial son una sucesión de aplazamientos y errores judiciales que han ido retrasando el desahucio de su inquiokupa.
De hecho estaba previsto el alzamiento para este martes, pero debido a que el inquiokupa no ha recibido la notificación correspondiente no se va a realizar.
Por si fuera poco, según denuncian otros vecinos, el inquiokupa usa la vivienda de Rosa como narcopiso. Los compradores de droga vienen a comprar sustancias hasta altas horas de la noche.
Rosa ha descubierto junto al equipo de 'Buenos Días, Madrid' al llamar a la puerta del piso, que el inquiokupa tiene a su vez la vivienda arrendada a otra persona que lleva allí dos meses y que paga 400 euros.
Los dos (propietaria y subarrendatario) han llegado a un acuerdo para que se busque otro piso en mayo y le entregue las llaves.