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El hartazgo ha llevado a Carmen, una hostelera de la calle Bailén de Madrid a dejar un mensaje para quienes cada dos por tres le destrozan su fachada y su cierre con pintadas.

Ha colocado un cartel en el cierre en el que pone entre otras cosas "pintad en casita".

Se trata del restaurante Francisca. Su propietaria ha vuelto a pintar y a reformar, pero esta vez, harto, se dirige directamente a los autores de las pintadas: 'He gastado el pan de ocho meses para borrar las pintadas que habéis dejado en mi restaurante', se puede leer en el mensaje que ha colocado.

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Su enfado es monumental y les pide que vayan a hacerlas a las 'casas de sus papas y sus mamás'.

Carmen ha contado a 'Buenos Días, Madrid' que la limpieza le ha costado 1.000 euros "que para mis circunstancias económicas es mucho dinero".

"No entienden que hacen daño y que no es un juego lo que hacen. Estoy más por la labor de que se les eduque y que se den cuenta de que este tipo de cosas son ridículas. Hemos llegado a una situación caótica en la que se han perdido lo valores", ha señalado.

Aún así es "optimista" y que "sería sorprendente que volviera a ocurrir", aunque no lo descarta.