Estados Unidos acude este martes a las urnas sin que las encuestas den un favorito claro. Estamos en la cuenta atrás de una de las campañas más largas que se recuerdan.
Un proceso histórico que se saldará con la vuelta de Trump a la Casa Blanca o con la primera mujer en ocupar el Despacho Oval.
Cerca de 244 millones de estadounidenses están convocados para elegir al próximo presidente de Estados Unidos, aunque la decisión final dependerá de algo menos de millón y medio.
Los votantes indecisos dan lugar a que en algunos estados no se adivine el ganador. Ellos tienen la llave de la Casa Blanca. Son siete estados: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Wisconsin y Pensilvania. En unos parece ir por delante Kamala Harris, en otros Donald Trump pero en cualquier caso las diferencias son mínimas, apenas décimas. El margen de error de los sondeos se sitúa entre dos o 3 puntos porcentuales.
La batalla por la Casa Blanca ha vivido de todo en este proceso. La renuncia de Biden que dio paso a Kamala Harris que vivió un gran impulso inicial, los atentados contra Trump y, finalmente, un cara a cara cada vez más agresivo en el que ambos candidatos han intercambiado duros ataques personales.
Son dos polos opuestos que reflejan la división que registra el país y así han llegado hasta la recta final: Trump visitando todos los estados posibles en su avión y Harris tratando de arañar hasta el último voto llamando a cada puerta.
Ante la máxima igualdad que pronostican las encuestas ambos candidatos apuran el final de campaña hasta el último minuto. En estas últimas horas Trump y Harris centran sus movimientos en los denominados estados bisagra.
El temor a que una noche de máxima igualdad acabe en disturbios ha provocado el blindaje de la Casa Blanca. En la memoria de todos está ese asalto al Capitolio en 2021.
Se va a votar entre grandes medidas de seguridad, para evitar o hacer frente a cualquier tipo de incidentes. Especialmente en los estados indecisos donde un recuento muy apretado puede desatar la tensión También la Casa Blanca que a estas horas ya está rodeada de una valla de seguridad.
Según la experiencia de otras elecciones cuanto mas ajustado, más se tardará en conocer al ganador. Pueden tardarse días, semanas e incluso meses. En las últimos en 2020 entre Biden y Trump no se anunció el ganador hasta 4 días después. También en la memoria las elecciones entre George Bush y Al Gore que llegó a decidir el Tribual supremo 35 días después.
Ese año Florida fue el estado decisivo y en esta ocasión se señala a Pensilvania como el más determinante. Hablamos de un recuento complicado. No solo por el por que cada estado tiene sus normas. También poeriuqe se trata de un pàis con varios usos horarios y abierto a las impuganciones que pueden demorar y mucho el nombre del ganador o ganadora.