Juan Antonio Moliner: “Putin ha perdido desde el principio la narrativa de la guerra”
“Putin es una persona inteligente y no un psicópata como algunos intentan vender, es tremendamente autoritario y no pensaba que le iban a recibir en Ucrania con el nivel de defensa y de sentimiento patrio que están mostrando”
Cree que el temor es que la guerra “escale en un conflicto con la OTAN, y no ya por la contención y prudencia que está mostrando la OTAN, sino por un accidente”
Juan Antonio Moliner, general de División del Ejército del Aire, actualmente retirado, da las claves sobre la invasión de Ucrania por parte de Rusia en una entrevista en Buenos Días Madrid de Telemadrid , una guerra que “no esperaba” y afirma que “Putin ha perdido desde el principio la narrativa de la guerra”.
Cree que “al margen cual sea el resultado de la guerra, una de las consecuencias será que Ucrania se consolida como nación con independencia de que pierda su autonomía política y caiga, o no, sobre la hégira de Rusia”. Y observa que “Putin no pensaba que le iban a recibir en Ucrania con el nivel de agresividad, de defensa y de sentimiento patrio que están mostrando”.
Moliner que fue observador militar de la ONU en Bosnia dice que “la naturaleza humana individual y social nos lleva a estas cuestiones”. "Lo peculiar de esta guerra es que se está desarrollando de una forma muy convencional, pensábamos que iban a ser muy modernas con inteligencia artificial o drones, lo que no le quita gravedad ni los lamentos”.
Cree que no se está desarrollando como si fuera una guerra civil y que ese “es uno de los fallos en el planteamiento estratégico de Putin. Él pensaba que como Ucrania y Rusia son pueblos hermanos el pueblo ucraniano le iba a recibir no con los brazos abiertos, pero no con el nivel de agresividad, de defensa y de sentimiento patrio que están mostrando”.
“Una de las consecuencias que va a tener, independientemente del resultado de la guerra que será malo para todos, es que Ucrania se consolida como nación independientemente de que pierda su autonomía política y caiga, o no, sobre la hégira de Rusia”.
Sobre los civiles que han tomado las armas dice que “esa ha sido una de las sorpresas, la de cómo se han levantado. No tenemos que olvidar que esas personas civiles que cogen un arma pierden los derechos que como no combatientes les asigna el Derecho Internacional y son objetivos militares a todos los efectos”.
Los ataques a la población civil y los corredores humanitarios que Rusia ataca le llevan a decir a Moliner que “Putin ha perdido la narrativa de la guerra, prácticamente desde el principio y cada día más, porque no le ayuda nada, a nivel de la opinión pública internacional, cada vez más importante, estos ataques a instalaciones civiles”.
Cree que en el caso del ataque al hospital infantil de Mariúpol “está claro porque hasta el propio ministro ruso de Exteriores se ha defendido diciendo que lo habían usado como refugio. Eso hace que Rusia pierda la narrativa ante la opinión pública occidental y si esto sigue posiblemente también ante su propia opinión pública que va deteriorándose”.
Crímenes de guerra
Opina que el ataque al hospital de Mariúpol sí puede considerarse como un crimen de guerra de Putin, “por supuesto, es obvio. Atacar a un hospital o a cualquier otro centro de naturaleza humanitaria está prohibido por la convención de La Haya y si se ha hecho con plena responsabilidad y no ha sido un error, cosa que parece que no es, puede ser un crimen de guerra”.
Considera Moliner el asedio a Mariúpol como “otra de las graves consecuencias de las guerras pues padecen los civiles, por eso es imprescindible establecer corredores humanitarios que permitan evacuar a esos civiles. Lo más importante es que las partes lleguen a un acuerdo, pero que lo cumplan”. Piensa que Rusia no va a dejar en esa ciudad a más de 300.000 civiles porque “la presión internacional contribuirá a que se alivie esa situación. Aunque el daño causado afecta a la moral de los combatientes ucranianos y ese también es un objetivo de guerra”.
Respecto a cómo va a evolucionar esta guerra, dice Moliner que “hasta Macron que está haciendo un gran esfuerzo diplomático ha dicho que no espera una resolución pronta y que puede durar mucho. Creo que Rusia, que es una gran potencia en declive, no puede consentir, cuando se ha embarcado en esta guerra a iniciativa propia, perderla en un territorio que es frontera con Rusia. Por tanto, tendrá que conseguir alguno de sus objetivos políticos y militares esenciales”.
Entre ellos cita Moliner que algunos ya los ha conseguido como el Dombás, “otro es unir el Dombás con la región de Crimea, otro el separar a Ucrania del Mar del Norte e impidiéndole la puerta de acceso a exportaciones. Otro, más importante desde el punto de vista político es tomar Kiev, aunque eso significará una gran carnicería por ambas partes".
"Y todavía podríamos ir más allá -añade- que sería intentar controlar toda Ucrania, difícil desde el punto de vista militar, pero posible, y montar gobiernos títeres en Bielorusia y Ucrania siguiendo las directrices de Rusia”.
Cree que una de las líneas que tenía Putin “y que ya ha conseguido” es que los líderes europeos hayan dicho que hay que tomar con calma la entrada de Ucrania en la UE y que de momento no se producirá.
“Uno de los riesgos es la posibilidad de que el conflicto, manteniéndose en el nivel convencional, escale en un conflicto con la OTAN, y no ya por la contención que está mostrando la OTAN muy prudentemente para evitar cualquier intervención que pueda ser interpretada como participación directa, sino por un accidente, por ejemplo, imaginemos uno de esos aviones que sobrevuelan el mar Báltico y que por un accidente es derribado”, señala.
Sobre las acusaciones de Rusia de que Ucrania tiene armas químicas cree Moliner que "El tema de las armas químicas y bacteriológicas forma parte de la guerra informativa entre los contendientes, pero tiene pocas posibilidades de recorrido".
Putin no es tonto
Opina el general que “Putin es una persona inteligente y no un psicópata como algunos intentan vender, es una persona muy formada, muy capaz y con unas ideas claras. Eso no quiere decir que esas ideas sean buenas, pero no es tonto".
"Es un líder tremendamente autoritario, como se ve en un vídeo tratando a su jefe de inteligencia de una forma humillante. Eso le ha podido llevar en el desarrollo del conflicto a que le digan lo que él quiere oír y no le den la información en toda su dimensión de veracidad, lo que le ha llevado a problemas de planteamiento, estrategia o combustible. Por eso la toma de decisiones es incorrecta”, afirma.
Cree que “algunos militares de alto nivel están empezando a refrenarse y a cuestionarse sus acciones”, aunque no piensa que sea posible ningún cambio porque “Putin permanece sólidamente aferrado al poder y va a seguir así”.
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