Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
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A las ovejas del rebaño del IMIDRA (Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario) les toca pasar por la peluquería. Es tiempo de esquileo.

Cuando llega el calor es el momento de liberar a las ovejas de su abrigo de lana. Casi dos kilos cubre el cuerpo de cada oveja.

Los animales son de dos razas autóctonas de Madrid: La Rubia del El Molar y la Colmenareña. La 'rubia del Molar' se llama así por el color más dorado de su cabeza. De la Colmenareña en Madrid hay una cabaña de unas 7.000 cabezas y de La Rubia del Molar unas 1.200.

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Gustavo Moreno, Responsable de Producción de el IMIDRA explica a Telemadrid el trabajo que realiza este Instituto para preservar de la extinción las ovejas madrileñas. "Tenemos un pequeño grupo de ovejas de las dos razas para preservarlas y facilitar a los ganaderos una mejora genética"

En Colmenar Viejo existe un Banco de Germoplasma donde se mantiene y conserva material genético de las ovejas para, si ocurre algo, "poder recuperar las especies".

Este miércoles las ovejas pasan por las expertas manos de los esquiladores que les liberan de la lana con "una técnica especial para el esquileo en suelto que intenta que la oveja esté lo más tranquila posible, son las manos las que estiran la piel para evitar arrugas y que la oveja no se corte".

"Ahora mismo la lana tiene poco valor y ha pasado a ser un coste más para el ganadero", explica Gustavo Moreno, y la oveja se esquila, sobre todo, por salud, para que estén frescas cuando lleguen las temperaturas altas del verano".