Alejandro, junto a sus padres, Juana y Antonio, abrieron un bar en Leganés con la ayuda de Matías y la Fundación Atenea. La familia formaba parte de las cerca de 100 personas sin hogar que acamparon en el Paseo del Prado a primeros de 2019 para reclamar un techo donde vivir.
Matías, el conocido taxista jubilado de gran barba blanca que amenizaba sus carreras tocando el acordeón, se convirtió en su "ángel de la guarda", porque fue quien les ayudó a abrir el local. Cuando después del confinamiento, pudieron por fin arrancar y el negocio empezaba a funcionar, ahora se encuentran con un nuevo problema: dado que ya tienen un medio de subsistencia, se ven obligados a abandonar la pensión en la que vivían.
Pero de nuevo Matías ha acudido al rescate y les ha asegurado que les va a ayudar. "En cuanto se le llama, está aquí", ha dicho Juana.
Además, la intención de Matías es ayudar a más gente en esta situación y abrir más bares solidarios en todos los grandes municipios de Madrid porque su filosofía es que "el pobre ayude al pobre".