El campo español se ha sumado a las protestas de agricultores y ganaderos del resto de Europa. Estas son sus principales reivindicaciones:
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Competencia desleal que viene de países que no son de la Unión Europea. Critican que se exija a los agricultores de la Unión Europea unos requisitos que no se aplican a los productos de otros países como Marruecos. El listón está muy alto para el agricultor comunitario y muy bajo, por no decir casi inexistente, para los países de fuera de Europa.
- Piden por ello reciprocidad, mediante cláusulas espejo, en todos los productos agrícolas y ganaderos que entren al territorio UE, así como que el Ministerio cuente con un "observatorio sobre las importaciones".
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Costes al alza y sequía: Han aumentado los costes de producción y los precios llegan desorbitados a los mercadosm por ejemplo en el caso del aceite. La crisis energética y la sequía aumentan la tensión de la cadena de valor: agricultores, mayoristas y distribuidores se reconocen superados por el incremento en los costes.
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Burocracia asfixiante. Se sienten literalmente ostigados por un marcaje ambiental y sanitario. Piden una simplificación urgente ya.
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Relevo generacional. Cada vez son más las explotaciones que cierran. Nuestros agricultores están muchos de ellos a punto de jubilarse y no hay quien tome las riendas. Hay preocupación porque de no haber relevo acabaremos dependiendo de terceros en algo tan importante como comer.
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Se sienten víctimas de la ‘lucha partidista’. Ante determinadas crisis el Ministerio dice una cosa, las comunidades otra, sobre todo si son de signo contrario y a final ellos están en medio sin rumbo y pagando todas las consecuencias. Piden que ante temas que les afecten se aparquen las diferencias ideológicas y se atajen los problemas por el interés general de todos y no siguiendo consignas partidistas.