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Regresan las movilizaciones de vecinos y padres de alumnos con motivo de las obras de derribo del Vicente Calderón.

Ahora, coincidiendo con el inicio del curso escolar, piensan que no está garantizada la salud y la seguridad de los alumnos de los centros escolares próximos. Este jueves se reúnen con responsables de la Junta Municipal de Distrito.

Los padres están preocupados por el desvío que va a sufrir la M-30. Una obra de este calibre va a provocar problemas debido al tránsito de los camiones, el polvo en suspensión o el ruido constante.

También están preocupados por la seguridad de sus hijos, pues las clases comienzan esta semana.