Después de casi 10 años, el edificio okupado de Valdemoro ha quedado prácticamente liberado de los okupas que vivían en él. Una empresa ha conseguido desalojarlos. Cuando se han ido ha encontrado que no faltaba detalle en algunos de estos pisos, desde un jacuzzi, a una plantación de marihuana. La empresa OPS2 Desokupaciones ha conseguido desalojar casi del todo a los okupas que vivían en el edificio.
Les falta echar a dos, uno que dice tiene un trabajo municipal y otro que tiene una plantación de marihuana. Con algunos han llegado a un acuerdo y a otros les han echado a la fuerza.
Uno de los okupas que quedan dice a Buenos Días Madrid que sigue estando ahí “porque no tengo otro sitio a donde ir”. Dice que tenía un trabajo municipal, pero ya me he despedido. Me querían echar de aquí y me he quedado sin trabajo para vigilar mi casa”.
Al ser preguntado sobre si tenía un plantación de marihuana dice que no “¿Plantación? Que va, tenía tres plantas de marihuana, ¿tres plantas son una plantación de marihuana?”. También dice que desde que vive en el edificio no hay drogas.
Dice Rogelio Gómez, responsable de la empresa de desokupación que muchos se han ido a sus propios pisos que ya tenían, que otros tienen licencia de taxis o de Uber. El edificio pertenece a un propietario que compró todo el inmueble y no tenía célula de habitabilidad, salvo uno de los pisos que pertenece a un arquitecto.
Afirma que los pisos los fueron vendiendo a tres bandas, a gitanos, a dominicanos y a marroquíes. Los pisos tenían de todo, alguno hasta yakuzi. Había una orden de alzamiento para el mes de octubre pero han conseguido sacarlos antes. Dicen desde la empresa de desokupación que son gente que vive del oportunismo.
Okupas violentos
Era un edificio bastante conflictivo. En una de las ocasiones a uno de los mediadores le rodearon entre 20 e intentaron tirarle desde la azotea pero fue rescatado por la Guardia Civil. A otro le dieron con una baldosa en la cabeza provocándole una pequeña brecha detrás de la oreja y a un tercero le amenazaron de muerte con una pistola y una navaja.
En el edificio abundan la basura, las ratas, cristales y plantaciones de marihuana por lo que se han producido peleas habitualmente por la venta de droga. Los vecinos dicen que las visitas de la Policía Municipal son habituales.