Urkullu reedita su coalición con el PSE y ofrece diálogo y experiencia para afrontar la pandemia
En el País Vasco, el PNV vuelve a ganar las elecciones y refuerza su poder. Su líder Iñigo Urkullu no ocultaba su alegría y se arrancó, incluso a cantar tras conocer los resultados. Consigue 31 escaños, dos más que en los anteriores comicios y podrá reeditar su pacto con el Partido Socialista de Euskadi. Urkullu, que consigue su tercer mandato, ofrecía mano tendida al resto de los partidos vascos y les pedía colaboración para superar la crisis generada por la pandemia.
El mapa político en el País Vasco se completa con los socialistas del PSE que ganan un escaño y llegan a diez. Así, la suma de ambos, 41, supera con holgura los 38 de la mayoría absoluta.
Bildu en el segundo puesto
La segunda fuerza parlamentaria es Bildu, que sube de 18 a 22 escaños,mientras que Podemos baja de 11 a 6, y también baja el PP, que tenía 9 escaños y con su alianza con Ciudadanos bajaría a 5, al perder en la recta final del escrutinio su sexto escaño en beneficio de Bildu. A pesar de ese descenso, Ciudadanos entra por primera vez en el Parlamento vasco.
Vox consolida su escaño por Álava, de forma que Amaya Martínez será la primera representante del partido liderado por Santiago Abascal en el Parlamento vasco.
Coalición con el PSE
Urkullu ha salido reforzado de estos atípicos comicios vascos con el aval de su experiencia en la gestión y apuesta por el diálogo para seguir desarrollando su proyecto y reeditar un gobierno de coalición con el PSE-EE que, ya con mayoría en el Parlamento, haga frente a los retos derivados de la pandemia.
La suma de los escaños obtenidos por su partido y por los socialistas, con quienes comparte gobierno en las principales instituciones autonómicas, permite que esta fórmula vuelva a repetirse en Euskadi tras unos comicios marcados por las medidas de prevención frente a la Covid-19.
Sin factura electoral
Urkullu ha recibido una vez más el apoyo mayoritario de la población, que no le ha pasado factura por las situaciones complicadas que han salpicado su mandato, como la condena del que fuera uno de los dirigentes del PNV alavés, Alfredo de Miguel, las presuntas irregularidades en las oposiciones del Servicio Vasco de Salud, y el derrumbe del vertedero de Zaldibar (Bizkaia), en el que permanecen sepultados dos operarios.
El ya lehendakari en funciones no se ha salido del guión durante una campaña marcada por la incidencia del coronavirus, en la que ha mantenido aún más si cabe el talante moderado, serio y respetuoso con el adversario político que le caracteriza y se ha centrado en reivindicar la gestión de su gobierno como aval para liderar el trabajo en común de instituciones y partidos y hacer frente al complicado escenario que deja en Euskadi la Covid-19.
Tercer mandato
Urkullu encara su tercer mandato con la misma fórmula con la que ha desarrollado los dos anteriores, el diálogo y la búsqueda de acuerdos entre los vascos y con el Gobierno central, convencido de que con su partido al frente de las instituciones autonómicas el País Vasco encabezará la salida de la crisis.
Este es el tercer mejor resultado del PNV en unas elecciones vascas en toda la historia, tanto en número de escaños como en porcentaje de votos.
En una intervención anoche en el exterior de la sede central del PNV debido a las medidas de seguridad por el Covid-19, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, explicó que esa oferta "solemne" de colaboración no es para formar gobierno, sino para una "colaboración excepcional en tiempos excepcionales, es un compromiso por Euskadi y es lo que espera la sociedad vasca".
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