Desde noviembre de 2020, los vecinos del entorno de un chalet en Pozuelo viven atemorizados. Ese mes lo okuparon un número indeterminado de personas de dudosa reputación que según los vecinos entran en otras propiedades. Han entrado en el chalet de al lado para coger agua con la manguera y según María Pilar “le han dejado una factura de 600 euros”. De hecho, la policía ha acudido varias veces.
No saben exactamente cuántas personas hay dentro, pero esta vecina creen que son bastantes porque hay un ir y venir continuo de personas. “Al principio había venezolanos, pero ahora ya no”, asegura Maria Pilar.
Los vecinos creen que les han cortado el agua pero no están seguros porque se enganchan constantemente. Otro de los vecinos también tuvo que cambiar su contador de la luz porque se habían enganchado a él y la empresa suministradora les cortó la luz a los okupas pero los vecinos afirman que ya tienen porque hay iluminación dentro.
La inseguridad en todo este tiempo ha ido en aumento y el pasado viernes también robaron el bolso a una adolescente que se atrevió a seguir al ladrón hasta que se metió en la vivienda okupada. Los padres de la chica llamaron a la policía que acudió enseguida, recuperaron el bolso y la chica identificó al ladrón y se lo llevaron.
Los vecinos también han detectado que por las tardes llegan coches de lujo conducidos por los que ellos creen son porteros de discoteca y salen con bolsas “que podrían estar llenas de droga” según María Pilar.
También han visto llegar a “chicas bastante monas acompañando a un caballero”, a una señora mayor en silla de ruedas y a unos padres con una niña pequeña en un carrito para que no los echen del piso, por lo que también piensan que podrían estar alquilando las habitaciones.
Chalet abandonado
La vivienda lleva abandonada casi 10 años a pesar de que desde 2019 tiene un nuevo propietario que no ha dado señales de vida y debido al mal estado del chalet y del poco cuidado que ha tenido el jardín su vegetación es altísima y los vecinos temen que alguno de los árboles que hay en él pueda caerse encima de sus viviendas porque están secos, dos ya se cayeron. Afirman los vecinos que debido a la suciedad que acumulan los okupas han tenido plagas de cucarachas y malos olores durante bastante tiempo. Y que también dejaban en la puerta hasta 20 bombonas de gas con el peligro que ello conlleva.
Hace 20 años, en ese lugar se produjo un crimen. Un joven moldavo asesinó a un abogado y agredió a su mujer e hijos, por lo que algunos ya lo llaman "el chalet maldito".