Puente de Vallecas vuelve a sufrir el vandalismo de los pirómanos que queman contenedores. La pasada noche los vecinos de la calle Angelillo se llevaron un buen susto cuando vieron como alguien había prendido fuego a un sofá situado al lado de los contenedores para que fuera recogido por los servicios municipales
Muchos de estos vecinos bajaron a la calle y con varios extintores y cubos de agua trataron de apagar las llamas a la espera de que llegaran los bomberos a quienes ya habían avisado, pero que no llegaban. A pesar de ello no lograron impedir que el fuego alcanzase a dos vehículos aparcados en la calle.
“Estábamos muy asustados, yo sólo deseaba que llegaran los bomberos“, dice una vecina a Buenos Días Madrid.
Cuentan que unos cuatro vándalos, que “ni siquiera son del barrio”, incendiaron un sofá que una vecina había dejado al lado de los contenedores de basura después de contactar con el Ayuntamiento donde le dijeron que lo dejara al lado de los contenedores y que lo recogerían.
Pero pasadas las 12 de la noche el sofá no había sido recogido y los vecinos vieron como unos vándalos le prendían fuego.
La valentía de los vecinos
Llamaron a los Bomberos y, mientras llegaban, los vecinos intentaron apagarlo con extintores, mangueras y cubos de agua. Pero el fuego se propagó a los contenedores de basura entre los que estaba el sofá quedando dos de ellos completamente calcinados y otro parcialmente consumido porque los vecinos consiguieron moverlo del foco del incendio.
Indignados con los bomberos
Sin embargo, no pudieron evitar que a dos de los coches aparcados al lado también les afectaran las llamas. Un árbol que también se vio afectado pudo haber propagado el incendio a un edificio si los vecinos no llegan a darse cuenta a tiempo.
Muchos de ellos están indignados porque, según dicen, los bomberos tardaron casi media hora en llegar desde que les avisaron “habiendo un parque a 1,6 kilómetros de distancia”. Se quejan del poco caso que les hacen cuando suceden este tipo de actos vandálicos y creen que si hubiera ocurrido a las 5 de la mañana podría haber sucedido una tragedia.
Hartos de los vándalos
También consiguieron avisar a uno de los propietarios de los vehículos para que lo quitara y no se propagara más. Algunos de los vecinos que intentaron apagar el incendio resultaron heridos con pequeñas quemaduras y por inhalación de humos.
Los vecinos del barrio están hartos de tanto vandalismo porque ya llevan tiempo aguantando la quema de contenedores que terminan afectando a coches particulares. De hecho, hay una calle, la Avenida de Miguel Hernández, en la que no quieren aparcar porque allí es más habitual este tipo de actos vandálicos, incendios, roturas de lunas y otros destrozos.