Bien podría decirse que sus casas son una ruina: sus muros y sus paredes están llenas de grietas, y se escuchan crujidos por todos lados.
Este es el drama que viven cuatro propietarios de casas adosadas en "Seseña Nuevo" en unos pisos que se construyeron hace 17 años.
El tema se llevó a juicio y lo perdió la constructora que aunque reparó las imperfecciones las grietas volvieron abrirse.
La aseguradora está obligada a realizar nuevas obras pero lo cierto es que desde septiembre los vecinos están a la espera.