Vendimia en Villarejo con una cosecha de malvar que se prevé menor por la dureza del verano
A la falta de lluvias se suma la de mano de obra que tiene que ser suplida por trabajadores extranjeros
La primera vendimia comenzó en Madrid, como en otras partes de España, adelantada a agosto. Por los calores estivales y porque algunas variedades ya maduradas requieren ser cosechadas en esa época.
En Villarejo de Salvanés afrontan estos días su vendimia de octubre. Su uva, la malvar, necesita más tiempo de maduración para alcanzar el grado necesario. Los agricultores se afanan en recolectar los racimos antes del alba y pocas horas después. Con el fresco que hace más llevadero el trabajo y conserva las propiedades de la uva.
Primero se eliminan los pámpanos, luego se apartan los sarmientos y posteriormente se selecciona el racimo a cortar. Y ahí entra el ojo del vendimiador para escoger el que está en un estado óptimo y descartar las bayas pequeñas que sin grado mermarían el vino final.
Cada uno de los vendimiadores llega a cosechar cerca de una tonelada diaria. Aseguran que en la zona de Villarejo se obtendrán entre 2 y 3 millones de kilos de uva. Tal vez menos este año por la falta de lluvias.
Otra de las escaseces es la de personal. Los jóvenes no quieren acercarse a este tipo de trabajos que dejan poco rendimiento. La mano de obra extranjera es algo fundamental ahora, como reconocen los agricultores locales.
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