Vivir en Fuenlabrada con una torre de alta tensión sobre la cabeza: "La tenemos metida en casa"

Viven a dos metros de una torre de alta tensión y piden desde hace más de 20 años que se soterren las líneas. Los vecinos de esta zona de Fuenlabrada, en la calle Suances, temen por su salud y por la de los niños que estudian en dos centros muy próximos a las instalaciones eléctricas.

La compañía Red Eléctrica accedió finalmente a hacerlo, pero, según los vecinos, la burocracia para conseguir las licencias municipales, que también dependen del ayuntamiento de Leganés, está retrasando las obras. El ayuntamiento de Fuenlabrada insiste en que es Red Eléctrica la que debe costear el soterramiento de la línea.

Hace un año que nos hicimos eco de la denuncia de estos vecinos de Fuenlabrada que llevan 23 años esperando una solución a la torre de alta tensión situado a menos de 2 metros de sus viviendas y de dos colegios cercanos. "Las tenemos en casa metidas, encima de nuestras cabezas", se queja Araceli, una vecina.

Desde hace una década reclaman la retirada de la torre porque amenaza su salud y devalúa sus viviendas. Compraron las viviendas sobre plano y con la promesa de que quitarían dichas torres. "Nos enseñaron artículos de periódicos que decían que se iban a quitar", explica esta afectada.

Durante todos estos años sufren zumbidos persistentes y chispazos provocados por la electricidad, "sobre todo por la noche", añade Araceli.

El terreno donde se ubica esta torre, aunque está junto a las viviendas de Fuenlabrada, pertenece al municipio de Leganés. El problema es que los dos ayuntamientos se tienen que poner de acuerdo para que Red Eléctrica pueda realizar el soterramiento. "Somos la pelota en un partido de tenis y nos están lanzando de un lado a otro", indica Araceli.

Hace un año que Fuenlabrada respondió que estaba realizando las gestiones administrativas, pero que no podía solucionar el problema por la falta de colaboración de Leganés. Este ayuntamiento también ha ofrecido su colaboración en los últimos meses, pero las negociaciones no avanzan y tampoco están siendo informados. "No quieren hablar de ello, es como si no existiera este problema", lamenta esta vecina.

Aseguran que la torre no cumple con las distancias mínimas establecidas por la Unión Europea, establecidas en 100 metros de distancia. Denuncian que las mediciones de los campos magnéticos realizadas en 2017 son inválidas porque se realizaron a más de 100 metros de la torre y las viviendas. Siguen esperando nuevas mediciones desde los puntos más cercanos a las casas.

Los vecinos están preocupados por la incidencia de cáncer en la zona, con más de 26 casos en un radio menor a 100 metros. "Hay muchos casos diagnosticados de cáncer y piensas que alguna conexión tiene que haber", apunta Araceli.