Dolores tiene que abandonar su casa en Carabanchel el próximo 30 de septiembre por orden judicial. Lleva viviendo allí de alquiler desde hace cuarenta años junto a su nieto. Hace varios años tuvo problemas económicos y contrajo una deuda de 500 euros, que además acabó pagando. No se trata de un impago de alquiler, sino del agua y de la Comunidad, pero ahora los propietarios reclaman la vivienda.
A ella le ofrecen realojo en una residencia y a su nieto en un albergue, pero dice que no irá a ningún sitio sin su nieto, a quien ha criado. “Me voy a la calle por la ley, qué remedio”, dice resignada a Telemadrid. Su problema ahora es que si va a una casa de acogida deja tirado a su nieto al que le dan un albergue y por eso no quiere.
No es por impago de alquiler
A Dolores que “he sido asistenta siempre” la van echar a la calle por una deuda de 506 euros, que no es por no pagar el alquiler del piso, sino la comunidad. “El alquiler está pagado, se ha pagado siempre y luego pagué la deuda”.
¿Cómo es posible entonces que siga adelante el desahucio? Su abogada Bárbara de la Maza dice que porque “lo que había impagado se asemejaba a la renta de alquiler y por ello se rescinde el contrato. La deuda era del agua y de la comunidad. Ahora esperamos que Servicios Sociales del Ayuntamiento nos ayude y no se marche a la calle a vivir”.
Desesperación
Su nieto dice a Telemadrid que “la siento más como mi madre que como mi abuela porque me ha criado, y ahora acabar en la calle con mi abuela y los animales….“ Por ello, a ser posible, piden un alquiler social. Dolores está desesperada y pide ayuda a través de los carteles que ha repartido por su barrio de Carabanchel.
Vive desde hace más de 40 años de alquiler en su piso y tiene una orden de desahucio para el 30 de septiembre. Cobra poco más de 600 euros y solo de alquiler paga cerca de 400. Hace dos años, por problemas económicos, dejó de pagar el recibo del agua y la comunidad de vecinos.
Siempre ha pagado el alquiler
El alquiler del piso, en la calle Zarapitos, ahora 357 €, lo ha pagado siempre. En total la deuda ascendía a 506 euros, según la sentencia del 18 de julio de 2018. Dice que tenía que pagar el colegio de su nieto Edgar, ahora de 19 años, con el que vive y casi le ha criado y no tenía dinero para comer por lo que tenía que elegir entre no comer o no pagar esos recibos.
Pagó la deuda
Cuando dejó de pagar esas mensualidades el administrador del piso se lo dijo a los dueños. Ellos pagaron la deuda y denunciaron a la inquilina por impago. A los dos meses de conocer la deuda ella consignó en el juzgado el dinero que debía pero a pesar de todo y con lo que está cayendo el juez les dio la razón a los dueños.
Con el primer abogado de oficio que tuvo Dolores no le fue demasiado bien porque le dijo que como no se había renovado el contrato inicial no tendría problemas para seguir viviendo en ese piso hasta que se muriera y se despreocupó. Hasta que este año recibió la primera orden de desahucio en marzo y la siguiente en julio.